domingo, 20 de diciembre de 2009

Navidad: Profecía de paz para el hombre

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 20 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación las palabras del Papa hoy, al introducir el rezo del Ángelus con los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro.

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Queridos hermanos y hermanas

Con el IV Domingo de Adviento, la Natividad del Señor está ya ante nosotros. La liturgia, con las palabras del profeta Miqueas, invita a mirar a Belén, la pequeña ciudad de Judea testigo del gran acontecimiento: "Mas tú, Belén de Efratá, / aunque eres la menor entre las familias de Judá / de ti me ha de salir / aquel que ha de dominar en Israel, / y cuyos orígenes son de antigüedad / desde los días de antaño" (Mi 5,1). Mil años antes de Cristo, Belén había sido el lugar natal del gran rey David, al que las Escrituras concuerdan en presentar como antepasado del Mesías. El Evangelio de Lucas narra que Jesús nació en Belén porque José, el esposo de María, siendo de la “casa de David”, debía dirigirse a esta ciudadela para el censo, y precisamente en esos días María dio a luz a Jesús (cfr Lc 2,1-7). En efecto, la propia profecía de Miqueas prosigue aludiendo precisamente a un nacimiento misterioso: "Por eso él los abandonará hasta el tiempo / en que dé a luz la que ha de dar a luz. / Entonces el resto de sus hermanos volverá / a los hijos de Israel" (Mi 5,2). Hay por tanto un designio divino que comprende y explica los tiempos y los lugares de la venida del Hijo de Dios al mundo. Es un designio de paz, como anuncia de nuevo el profeta hablando del Mesías: "Él se alzará y pastoreará con el poder del Señor, / con la majestad del nombre del Señor, su Dios. / Se asentarán bien, porque entonces de hará él grande / hasta los confines de la tierra. / Él será la Paz” (Mi 5,3).

Precisamente este último aspecto de la profecía, el de la paz mesiánica, nos lleva naturalmente a subrayar que Belén es también una ciudad-símbolo de la paz, el Tierra Santa y en el mundo entero. Por desgracia en nuestros días, ésta no representa una paz lograda y estable, sino una paz fatigosamente buscada y esperada. Dios, sin embargo, no se resigna nunca a este estado de cosas, y por ello también este año, en Belén y en el mundo entero, se renovará en la Iglesia el misterio de la Navidad, profecía de paz para cada hombre, que empeña a los cristianos a meterse en las cerrazones, en los dramas, a menudo desconocidos y escondidos, y en los conflictos del contexto en el que vive, con los sentimientos de Jesús, para ser en todas partes instrumentos y mensajeros de paz, para llevar amor adonde hay odio, perdón donde hay ofensa, alegría donde hay tristeza y verdad donde hay error, según las bellas expresiones de una conocida oración franciscana.

Hoy, como en los tiempos de Jesús, la Navidad no es un cuento para niños, sino la respuesta de Dios al drama de la humanidad en búsqueda de la paz verdadera. “¡Él mismo será la paz!” – dice el profeta refiriéndose al Mesías. A nosotros nos toda abrir, desatrancar las puertas para acogerlo. Aprendamos de María y José: pongámonos con fe al servicio del designio de Dios. Aunque no lo comprendamos plenamente, confiémonos a su sabiduría y bondad. Busquemos ante todo el Reino de Dios, y la Providencia nos ayudará.

¡Feliz Navidad a todos!

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Nota: Deseándoles de todo corazón una feliz navidad, les avisamos que nuestro servicio de boletines y comunicaciones volverá a partir del mes de febrero.

sábado, 19 de diciembre de 2009

150 años del Nacimiento del P. Félix de Jesús Rougier, msps

Félix

“CAMINANTES EN LA FE CON FÉLIX DE JESÚS”

Oración para el Año Jubilar

Te bendigo, Padre bueno,
por haberme llamado a la vida;
concédeme entregarla
en el servicio a los demás.

Gracias, también,
por mi hermosa vocación :
ser, en la Iglesia y para el mundo,
testigo de tu amor.

Por intercesión de María,
regálame la gracia de la fidelidad,
como se la concediste
a tu hijo Félix de Jesús.

Espíritu Santo,
transfórmame en Jesucristo,
e impúlsame a colaborar con él
en la salvación del mundo.

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Compartimos además un link lleno de recursos para conocer la vida de Félix y lo que celebramos al cumplirse 150 años de su nacimiento.  Puedes ingresar a la página haciendo click aquí.

Y además compartimos con ustedes el texto “Vida y Espiritualidad del Venerable Félix de Jesús Rougier, M.Sp.S.” de Ricardo Zimbrón L., M.Sp.S.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Avisos y peticiones

Esperando que nos encontremos todos preparando ya la venida de Jesús, haciendo bien calientito ese pesebre y preparando fiestas para compartir con nuestra familia y amigos la alegría de su venida.

Les recordamos que el Sábado 19 de diciembre a partir de las 3 p.m. en el CEFEJ en San Pablo de Heredia estaremos celebrando con los Misioneros y toda la Familia de la Cruz una fiesta navideña que inlcuirá posadas, obra de teatro y turno. Esperamos que nos acompañen para celebrar la navidad en familia y además para ayudar, porque todo lo recaudado será para beneficio de la construcción de los nuevos salones que se han acondicionado para ampliar el espacio para reuniones y cursos.

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Les solicitamos de corazón, que nos sigan acompañando con sus oraciones en especial por:

  • La vocación de José Ignacio Herrera, quien profesa sus votos perpetuos el próximo 20 de diciembre como Misionero del Espíritu Santo
  • Para que en esta Navidad, preparemos en nuestros hogares y corazones un lugar muy especial para el Niño Jesús
  • La vocación sacerdotal de Edwin Mendoza, diácono guatemalteco
  • La salud de un tío de Andrea Lobo, hermana nuestra del Apostolado de la Cruz
  • La salud de nuestra asesora del Centro Local, la Hna. Leticia Gamboa, rcscj
  • La salud de Beatriz Pino Céspedes

El arquitecto de la Virgen

María-105 A un arquitecto le pidieron construir un templo cuyo titular fuese la Virgen María.

El día de la inauguración los cientos de fieles que asistieron a la celebración, incluso el Obispo, se quedaron sorprendidos y, en cierto modo, decepcionados: la imagen de María no ocupaba ningún retablo. No se encontraba en el centro del altar. Mucho menos cerca del sagrario.

La estatua de la Virgen, el arquitecto, la diseñó e ideó para ponerla y colocarla sentada en el primer banco.

Ante las protestas de los asistentes, la explicación del arquitecto fue la siguiente:

“La Virgen no está para que la contemplemos y admiremos, sino para que la imitemos.

Ella es la primera, el modelo y nosotros vamos detrás, la seguimos.

Su postura ante Dios y los hombres la debemos hacer nuestra.

Caminando tras sus huellas llegaremos hasta Jesucristo.

Ella, y por eso la he puesto en el primer banco, es la primera oyente de la Palabra de Dios para saber cómo se tiene que responder ante El”.

Reflexión:

¿Para qué está la Virgen?

Para llevarnos al encuentro con Jesús. Sin ese horizonte, nuestra devoción hacia Ella, puede convertirse en una contradicción. En algo sin sentido.

¿Para qué está la Virgen?

Para abrir nuestros oídos, como lo hizo Ella, a la Palabra de Dios. Mirar a la Virgen es saber que, es grande, porque cumplió la voluntad del Señor.

¿Para qué está la Virgen?

Para que tomemos ejemplo, nítido y sencillo, de una mujer que –sin grandes riquezas- tuvo el mayor tesoro en su alma: CRISTO

¿Dónde poner a la Virgen?

En el llano (sin adulterarla) y en lo alto (sin perderla). En el término medio está la virtud.

¿Dónde colocar a la Virgen?

Cerca de Dios. Ella, recoge nuestras súplicas, nuestros deseos y, como Madre, las susurra al oído del Padre.

Luego, sus manos abiertas, nos harán llegar las GRACIAS que vienen del Padre.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Adviento con María

Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.

MEDITACIONES

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

CICLO C

Meditamos los misterios gozosos del Rosario con los sentimientos del corazón de la Virgen María. Son misterios que pregonan la alegría de la primera venida de Jesucristo, nacido de la Virgen por obra del Espíritu Santo.

PRIMERA LECTURA. Sofonías, 3, 14-18ª.

Mensaje de alegría.

El Profeta nos lanza un mensaje de alegría: Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, Israel, alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén.

Estamos alegres porque el Señor viene.

Estamos alegres porque el Señor viene para perdonar el pecado y, consecuentemente, cancelar toda deuda. El Señor viene para hacerse presente en medio de su pueblo, igual a nosotros en todo menos en el pecado. El Señor viene para salvarnos y restablecer el recto orden alterado por la soberbia del hombre.

Estamos alegres porque Dios nos ama.

Estamos alegres porque Dios nos ama con un amor más fuerte que el pecado, que la muerte, que la debilidad... Porque el Señor se goza y complace en nosotros. Somos sus criaturas, sabe de qué barro estamos hecho... nos comprende y nos ama..

Por lo tanto, no tengamos miedo, caminemos alegres, apoyados en el amor que Dios nos tienes.

esperanza

Invocación mariana.

Santa María de la Esperanza, Madre de la alegría porque eres la Madre de nuestro Salvador. Enséñanos a vivir alegres, abiertos a la gracia que Cristo nos ofrece. Vivir en gracia: ésta es la verdadera alegría.

SEGUNDA LECTURA. Filipenses, 4, 4-7.

Estad alegres.

Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. Éste es el mensaje que nos da el Apóstol San Pablo.

Estad alegres en el Señor

Estamos alegres en el Señor cuando vivimos y perseveramos en la gracia santificante porque participamos de la naturaleza divina, porque somos introducidos en la comunión trinitaria, porque somos hijos adoptivos de Dios, porque somos herederos del Cielo.

Daremos testimonio de nuestra alegría en medio del mundo con nuestro estilo de vida: alegres en la familia, en el trabajo, en la sociedad...

Para perseverar en la alegría, insistamos en la vida sacramental y en la oración. No tengamos miedo, contamos con la presencia y la fuerza de Cristo. Él es nuestra alegría.

Invocación mariana.

María: tu estilo de vida es el Magnificat, cantando las maravillas que Dios ha realizado en tu alma. Enséñanos a caminar cantando la alegría de Dios que vive en nuestras almas por la gracia.

TERCERA LECTURA. San Lucas 3, 10-18.

La gran alegría.

San Juan predica sobre la disposición inmediata para recibir la gran alegría: el nacimiento del Redentor. ¿Cómo hemos de prepararnos para recibir a Jesús la noche de la Navidad?

Encontraremos la verdadera alegría si nos convertimos, dejando el pecado y hacemos penitencia acudiendo al sacramento de la Reconciliación y al encuentro con Cristo en La Eucaristía.

Encontraremos la verdadera alegría si acogemos al hermano, lo perdonamos y compartimos nuestros bienes con los más necesitados. Será el signo de que hemos acogido a Dios.

Encontraremos la verdadera alegría si practicamos la justicia dando a Dios lo que le pertenece y respetando los bienes del prójimo sin exigirle más de los debido, ni causarle extorsión.

Invocación mariana.

Santa María de la alegría, portadora del misterio del Verbo de Dios hecho hombre por obra del Espíritu Santo: enséñanos cómo purificar nuestros corazones para acoger la gracia del misterio de la Navidad y ser portadores de la verdadera alegría.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Segunda semana de Adviento

Les compartimos un mensaje escrito por el P. Marcos Alba, msps con motivo de la segunda semana de adviento ¿qué significa el adviento para nosotros? ¿qué es lo que debemos preparar?

Algunas respuestas o sugerencias aquí.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Consagración Perpetua

Feliz segundo domingo de adviento.

Esta vez queremos compartir con ustedes la gran alegría de los votos perpetuos de nuestro querido ‘Nacho’.

José Ignacio Herrera es un costarricense que se está formando como Misionero del Espíritu Santo y que el próximo 20 de diciembre hará ya su consagración perpetua.

Les adjuntamos la bonita invitación para esta ocasión, y los invitamos a unirnos en oración muy especialmente por él y su familia, por esa vocación sacerdotal costarricense y para que hayan muchas más.

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jueves, 3 de diciembre de 2009

Avisos

InvitaciónVirtual ¡Los esperamos!

Les invitamos además a seguir orando por:

- Los miembros de Alianza de Amor en Costa Rica que realizarán sus compromisos el 12 de diciembre.
- La ordenación diaconal de los hermanos guatemaltecos Edwin Mendoza y Roberson Rodríguez el 03 de diciembre.
- En acción de gracias por las próxima ordenaciones presbiterales del 05 de diciembre, en la Catedral Metropolitana.
- La salud de la mamá de Luzy, miembro de Alianza de Amor.
- La salud de Walter, que perdió un brazo en un accidente laboral.
- La salud de un tío de Andrea Lobo, hermana nuestra del Apostolado de la Cruz.
- El grupo de espiritualidad que inicia su camino en Alianza, en Italia.
-La salud de nuestra asesora del Centro Local, la Hna. Leticia Gamboa, rcscj.
- Un sobrino del P. Lucio Villalobos, msps.
- La salud de Beatriz Pino Céspedes.

Adviento

¡Inició el adviento! y con el adviento iniciamos nuestra preparación para la navidad, les compartimos una reflexión del primer domingo de adviento, para que empecemos a vivir a profundidad este nuevo año litúrgico que comienza.

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DOMINGO I TIEMPO DE ADVIENTO CICLO C

HOMILÍAS JOSÉ ANTONIO PAGOLA

Estad siempre despiertos (Lc 21, 25-28. 34-36)

MATAR LA ESPERANZA

Jesús fue un creador incansable de esperanza. Toda su existencia consistió en contagiar a los demás la esperanza que él mismo vivía desde lo más hondo de su ser.

Hoy escuchamos su grito de alerta: «Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Pero tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero».

Las palabras de Jesús no han perdido actualidad pues los hombres seguimos matando la esperanza y «embotando» nuestra existencia de muchas maneras.

Y no pensemos sólo en aquellos que, al margen de toda fe, viven según aquello de «comamos y bebamos, que mañana moriremos», sino en quienes, llamándonos cristianos, podemos caer en una actitud no muy diferente: «Comamos y bebamos, que mañana vendrá el mesías».

Cuando en una sociedad los hombres tienen como objetivo casi único de su vida la satisfacción ciega de sus apetencias y se encierran cada uno en su propio disfrute, allí muere la esperanza.

Los hombres satisfechos no desean nada realmente nuevo. No quieren cambiar el mundo. No les interesa esperar una vida futura mejor. El presente les satisface y les basta.

No se rebelan frente a las injusticias, sufrimientos y absurdos del mundo presente. En realidad, este mundo es para ellos «el cielo» al que se apuntarían para siempre. Pueden permitirse el lujo de no esperar nada mejor.

Qué tentador resulta siempre adaptarnos a la situación, instalarnos confortablemente en nuestro pequeño mundo y vivir tranquilos y cómodos, sin mayores aspiraciones.

Casi inconscientemente anida en bastantes la ilusión de poder conseguir la propia felicidad sin cambiar para nada el mundo. Pero no lo olvidemos. «Solamente aquellos que cierran sus ojos y sus oídos, solamente aquellos que se han insensibilizado, pueden sentirse a gusto en un mundo como éste».

Quien ama de verdad la vida y se siente solidario de todo hombre, sufre el desasosiego y la intranquilidad de comprobar que todavía no podemos disfrutar de la felicidad a que estamos llamados.

Este sufrimiento alcanza su verdadero sentido cuando nace de la esperanza y nos impulsa a actuar de manera creadora. Es signo de que afín seguimos vivos, de que todavía somos conscientes de que algo no está bien en este orden de cosas y de que nuestro corazón sigue anhelando algo más.

LA ESPERANZA, ¿UNA ILUSIÓN?

La primera acusación al hombre que trata de dar sentido a su vida desde una actitud de esperanza cristiana, ha sido la de falta de realismo.

Hay que ser realistas. Si vivimos de recuerdos, nos estamos remontando a un pasado que ya no existe. Si nos dejamos llevar por la esperanza, empezamos a soñar en un futuro que todavía tampoco existe. Seamos realistas y aprendamos a enfrentarnos con lucidez y valentía al momento presente, única realidad que tenemos ante nosotros.

Esta acusación ha adquirido un acento más científico desde la crítica a la religión operada por Karl Marx. La esperanza desplaza nuestra atención de los problemas de esta vida a un más allá ficticio y alienante. La religión invita a los hombres a esperar en una vida ultraterrena la solución de todas sus opresiones. Y, mientras tanto, los incapacita para lucha con eficacia y lucidez por la transformación real de la sociedad.

Un creyente honrado no puede menos que escuchar con inquietud la interpelación de la crítica marxista. ¿No hemos justificado muchas veces los cristianos con nuestra actitud falsamente conformista y «resignada», la acusación de vivir adormecidos por «el opio de la religión?». ¿No tendremos que escuchar hoy, de manera nueva, el grito de Jesús que nos llama a vivir despiertos en medio de nuestra sociedad contemporánea?

Para el verdadero creyente, la esperanza no es una ilusión engañosa. Al contrario, si vive con esperanza, es porque quiere tomar en serio la vida en su totalidad, y porque quiere descubrir todas las posibilidades que en ella se encierran para el futuro del hombre.

Precisamente, porque quiere ser realista hasta el final, no se aferra a la realidad tal como es hoy, ni se instala en esta vida como algo definitivo. Al contrario, se acerca a la vida como algo inacabado, algo que es necesario construir con esperanza.

Por eso, la verdadera esperanza no tranquiliza. La esperanza nos inquieta, nos desinstala, nos pone en contradicción con una realidad tan lejana todavía de esta liberación final que esperamos para el hombre.

Cuando se espera de verdad la liberación, comienzan a doler más las cadenas. El que espera una verdadera justicia para el hombre, no aguanta ya esta sociedad tan injusta. El que cree de verdad en el cielo, siente necesidad de luchar para cambiar la tierra.

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Los invitamos también a vivir cada día del adviento como una preparación para la Encarnación del Niño Jesús en nuestros corazones.  Compartimos con ustedes este calendario que nos guía en esa preparación diaria.