sábado, 21 de noviembre de 2009

Marcha por la Vida y la Familia

¡Vamos todos!
Este próximo Sábado 28 de noviembre, a las 9 a.m. saldremos a caminar por las calles de San José para defender la vida y la familia. ¡Déjate oír, levántate!
Te esperamos en el Parque de La Merced con tu camiseta blanca.

Para más información sobre la marcha click aquí.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Pide nuncio Cristopher Pierre a laicas y laicos de Alianza de Amor dejar los apegos materiales


El Nuncio Apostólico de México: Christopher Pierre, exhortó a los católicos a vivir como el que nada tiene y todo lo posee, a saber compartir lo que se es y separarse de los apegos materiales, porque se ha encontrado a aquel que convierte la vida en plenitud.

Ante casi mil laicos de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús provenientes de diferentes partes del mundo, religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús y Padres Misioneros del Espíritu Santo, que dieron por concluidos los trabajos del encuentro internacional en ocasión de su primer centenario de vida, hizo una reflexión sobre el evangelio de San Marcos, donde Jesús enjuicia a la ciudad de Jerusalén, misma que -acotó- como higuera estéril no ha querido acoger al hijo de Dios y no ha dado frutos, sino sólo hojas.

“Como contraparte Jesús muestra a los discípulos el ejemplo de una pobre viuda que por medio de un gesto simple manifiesta estar más cerca de Dios que todos los escribas que habían construido un sistema religioso en el que fueron dejando sin contenido su religión, privilegiando sus propias personas, exhibiéndose con sus ropajes exigiendo reverencias y los primeros puestos en los banquetes, justificándose con la revelación, sin tener en cuenta que ésta es don de Dios.

Dijo que en éste evangelio a la luz de Jesús son los pobres de corazón los protagonistas principales, los que nada tienen, pero que, sin embargo, tienen la capacidad de darlo todo.

Con la actitud de la viuda Jesús denuncia el modo vacío en que los escribas vivían su religiosidad, indicando al mismo tiempo que si los signos exteriores no están de acuerdo con el corazón éstos se vuelven estériles ante Dios y humillantes ante los hermanos.

Y es que no se trata de dar mucho o poco, muchas veces nosotros pensamos en la cantidad de lo que damos, es por eso que hacemos una clasificación muy fácil, sino saber compartir de corazón lo que se es y lo que se tiene simplemente porque se ha encontrado a aquel que hace sentir la vida como plenitud, explicó.

“Sí en el corazón está Dios el don más pequeño se vuelve grande, lo decisivo no es lo que uno tiene ni lo que puede hacer, sino hacer verdaderamente lo más que se pueda, y hacerlo en el mejor de los modos, entrar en otra lógica que no es la nuestra sino la de Jesús”.

Dijo que Jesús pone en el evangelio aquello que es posible descubrir a través de la pobreza, las debilidades y de las carencias, esto es la compasión, la misericordia, la humildad, la piedad.

La actitud de la viuda en el evangelio nos presenta ni más ni menos aquello que constituye el centro de la espiritualidad de Conchita Cabrera de Armida, quien supo comprender hacer vida y transmitir a las generaciones futuras, entre las cuales nos encontramos nosotros.

Dijo que Alianza de Amor desde hace un siglo se ha adherido a la voluntad de Dios y su carisma se hace vida ofreciendo al mundo algo nuevo a semejanza de Conchita que vivió las cosas ordinarias de su vida, hija, esposa, madre y en el servicio apostólico al que el Señor la llamó.

Cada una de ustedes ha hecho de la espiritualidad de la Cruz el camino, su propio camino para seguir a Jesús. Un camino a través del cual desde la vivencia consciente de su sacerdocio común se esfuerzan por ser santos, transformarse misteriosamente en Jesucristo Sacerdote y víctima, que va progresivamente conociendo y amando los dolores más íntimos de Jesús, consolando a su sagrado corazón.

Un camino de santidad a lo largo del cual laboran incansablemente por unirse cada vez más a Jesús ofreciéndose a Él y con Él en oblación, rindiendo gran gloria al Padre mediante el reinado del Espíritu Santo, en las almas colaborando así a su manera eficazmente a la santificación de todos los hombres y muy particularmente de los sacerdotes.

Dijo que los 100 años de Alianza comprometen a vivir radicalmente el pacto de alianza de amor con Dios.

El prelado consideró que la palabra Alianza de Amor es fuerte, dura , porque es un estilo de vida, a través del cual sus miembros, conscientes de su consagración bautismal se empeñan por desarrollar una vida de intimidad con Jesús crucificado para en la medida de lo posible conocer lo que significó su entrega por la salvación de todos los hombres y conocer sus sentimiento sacerdotales, para que unidos a Él, con Él y por Él ofrecer al mundo el testimonio de una vida coherente con el evangelio.

Y pidió a los miembros de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, reunidos en la catedral metropolitana, ofrecer el sacrificio de la coherencia de nuestra vida con el evangelio. La expresión alianza de amor –continúo- contiene de suyo una de las palabras claves de la escritura, encierra en sí toda la esperanza de la cristiandad al afirmarnos que no hemos sido abandonados en el mundo y dejados en las manos de fuerzas y poderes desconocidos que no logramos comprender ni sabemos dominar, sino que estamos en aquel que tiene todo en sus manos, que nos conoce que nos ama y que permanentemente se comunica en diversas maneras con nosotros.

Por eso, podemos sellar una alianza porque fue Él el primero en acercarse y pactar la alianza de amor con el corazón de Jesús, que es apropiarse con el corazón del gran acontecimiento de la alianza de la historia de la salvación sellada por la muerte redentora de Jesucristo en el calvario, hasta llegar a ser uno con aquel que es el amor en persona.

En el corazón de su ser está ese objetivo ser en la Iglesia ser testigos y mensajeros del amor de Cristo presentes en el rostro doloroso y al mismo tiempo gozoso del amor de la cruz.

Jesús, es un camino hacia el cielo y estamos decididos a recorrerlo aunque tengamos que pasar necesariamente por la cruz.

Tomado de la web de la
CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Invitación

A nuestros lectores por correo electrónico:

Les invitamos a visitar con regularidad nuestro sitio web haciendo clic en el siguiente link. En la sección de la izquierda podrán encontrar las preces de intercesión por las que somos invitados a orar, actividades de nuestra Obra, y activides de la Iglesia en Costa Rica. Además, contamos con un pequeño cuadro de diálogo en el que pueden anotar sus preces de intercesión, petición y acción de gracias, así como enlaces de interés a la Familia de la Cruz y la Iglesia. Para finalizar, está disponible el archivo de nuestras publicaciones, sea por los temas de su interés, o bien utiilzando el archivo histórico.

¡Están cordialmente invitados!

Fundación “Alianza de Amor” celebra su centenario en México

Una obra inspirada por la venerable Concepción Cabrera

PUEBLA, martes 10 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Cerca de 900 miembros de la Fundación "Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús", procedentes de Centroamérica, Europa y Norteamérica, celebraron el pasado fin de semana el primer centenario de su fundación el la ciudad mexicana de Puebla.

"Alianza de Amor" nace como la rama laical de las Obras de la Cruz, fundada en México por la venerable Concepción Cabrera de Armida y aprobada el 3 de noviembre de 1909 por el V.S.D. monseñor Ramón Ibarra y González, arzobispo de Puebla.

Los miembros de esta fundación buscan vivir y promover la santidad según la espiritualidad de la Cruz desde la vida cotidiana y en las realidades temporales. "Alianza de amor" se divide en pequeñas comunidades, que ofrecen un espacio para vivir el sacerdocio común recibido en el bautismo.

"Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él, y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes", exhortó el arzobispo de Puebla Víctor Sánchez Espinosa, en la homilía durante la Misa en la que se conmemoró este centenario, haciendo alusión a la la carta de san Pablo a los Colosenses.

Cambiar corazones

Los miembros de Alianza de Amor se comprometen a vivir la vida cristiana en tres ramas fundamentales del apostolado laical: como personas en medio del mundo, como bautizados en la Iglesia y como discípulos en la Alianza del Amor.

Yolanda Amador de Jasso, presidenta de esta fundación, explicó a ZENIT el carisma de Alianza de Amor: "Una de las partes fundamentales es el consuelo al Sagrado Corazón de Jesús, y ahora entendemos que debemos consolar ese corazón a través del otro y con el otro".

"La meta es llegar a ser misioneros trasformando esas realidades que tanto le duelen al corazón de Jesús y que tanto le duelen a nuestros hermanos. Tenemos socios en todas partes del mundo y todos vamos con ese carisma de ser discípulos y misioneros", agregó la presidenta.

Mediante su testimonio y vida apostólica los miembros de Alianza de Amor se comprometen a extender el Reino de Dios. Viven un proceso de formación que abarca las áreas humana, cristiana, formación en la espiritualidad de la Cruz y en la Alianza de Amor. También se forman para la vivencia comunitaria y para la misión.

El encuentro de un fin de semana contó con la conferencia "La dimensión laical a partir de la experiencia de nuestra Madre Concepción Cabrera de Armida, como lo vivió y como lo viviría hoy", de la doctora Rocío Figueroa Alvear, miembro de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, quien advirtió sobre el peligro que representa el adoptar nuevas tendencias de pensamiento que llevan al individuo a vivir una sociedad sin Dios, con una libertad anárquica y relativismo cultural.

Rocío Figueroa indicó que el cristiano está inmerso en las realidades temporales y que su propósito debe ser la trasformación de esas realidades "buscar el Reino de Dios tratando las realidades temporales y ordenándolas según Dios". (Lumen Gentium,39).

Madre y fundadora

La venerable Concepción Cabrera (1862 - 1937), más conocida como "Conchita", contrajo matrimonio a los 21 años con Francisco Armida, de quien tuvo nueve hijos. En 1901 su esposo falleció y ella se dedicó al estudio y al apoyo de sus hijos. La primera obra que fundó fue el Apostolado de la Cruz en 1895, para aquellas personas que desean santificar los actos de su vida.

En sus escritos Conchita revela cómo se lleva la cruz cotidiana: la de los deberes de una madre de familia, de una esposa, de una viuda hasta penetrar en el camino de la Cruz con Jesús para consolar su corazón afligido y adentrarse en ese acompañamiento a Jesús hacia el Calvario.

Fue la fundadora de cinco obras que son: Apostolado de la Cruz, Religiosas de la Cruz, Alianza de Amor, Fraternidad sacerdotal; y Misioneros del Espíritu Santo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Crónica II Congreso Centroamericano

En mayo del 2008 estuvimos compartiendo hermanos de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y México durante el II Congreso Centroamericano de Espiritualidad de la Cruz.

Queremos compartir con todos ustedes las crónicas de este congreso que pueden leer haciendo click aquí.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Universal vocación y la santidad en la Iglesia

Fragmentos de la Constitución Apostólica Lumen Gentium

Esta santidad de la Iglesia se manifiesta incesantemente y se debe manifestar en los frutos de gracia que el Espíritu Santo produce en los fieles; se expresa de múltiples modos en todos aquellos que, con edificación de los demás, se acercan en su propio estado de vida a la cumbre de la caridad; pero aparece de modo particular en la práctica de los que comúnmente llamamos consejos evangélicos. Esta práctica de los consejos, que por impulso del Espíritu Santo algunos cristianos abrazan, tanto en forma privada como en una condición o estado admitido por la Iglesia, da en el mundo, y conviene que lo dé, un espléndido testimonio y ejemplo de esa santidad.

Nuestro Señor Jesucristo predicó la santidad de vida, de la que El es Maestro y Modelo, a todos y cada uno de sus discípulos, de Cruz02 cualquier condición que fuesen. "Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto" (Mt 5, 48). Envió a todos el Espíritu Santo, que los moviera interiormente, para que amen a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todas las fuerzas (cf. Mc 12,30), y para que se amen unos a otros como Cristo nos amó (cf. Jn 13,34; 15,12). Los seguidores de Cristo, llamados por Dios, no en virtud de sus propios méritos, sino por designio y gracia de El, y justificados en Cristo Nuestro Señor, en la fe del bautismo han sido hechos hijos de Dios y partícipes de la divina naturaleza, y por lo mismo santos; conviene, por consiguiente, que esa santidad que recibieron sepan conservarla y perfeccionarla en su vida, con la ayuda de Dios. Les amonesta el Apóstol a que vivan "como conviene a los santos" (Ef 5,3, y que "como elegidos de Dios, santos y amados, se revistan de entrañas de misericordia, benignidad, humildad, modestia, paciencia" (Col 3,12) y produzcan los frutos del Espíritu para santificación (cf. Gal 5,22; Rom 6,22). Pero como todos tropezamos en muchas cosas (cf. Sant 3,2), tenemos continua necesidad de la misericordia de Dios y hemos de orar todos los días: "Perdónanos nuestras deudas" (Mt 6, 12). Fluye de ahí la clara consecuencia que todos los fieles, de cualquier estado o condición, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, que es una forma de santidad que promueve, aun en la sociedad terrena, un nivel de vida más humano. Para alcanzar esa perfección, los fieles, según la diversas medida de los dones recibidos de Cristo, siguiendo sus huellas y amoldándose a su imagen, obedeciendo en todo a la voluntad del Padre, deberán esforzarse para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo. Así la santidad del Pueblo de Dios producirá frutos abundantes, como brillantemente lo demuestra en la historia de la Iglesia la vida de tantos santos.

Una misma es la santidad que cultivan en cualquier clase de vida y de profesión los que son guiados por el espíritu de Dios y, obedeciendo a la voz del Padre, adorando a Dios y al Padre en espíritu y verdad, siguen a Cristo pobre, humilde y cargado con la cruz, para merecer la participación de su gloria. Según eso, cada uno según los propios dones y las gracias recibidas, debe caminar sin vacilación por el camino de la fe viva, que excita la esperanza y obra por la caridad.

Los consejos evangélicos

"Dios es caridad y el que permanece en la caridad permanece en Dios y Dios en El" (1 Jn 4,16). Y Dios difundió su caridad en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado (cf. Rom 5,5). Por consiguiente, el don principal y más necesario es la caridad con la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo por El. Pero a fin de que la caridad crezca en el alma como una buena semilla y fructifique, debe cada uno de los fieles oír de buena gana la Palabra de Dios y cumplir con las obras de su voluntad, con la ayuda de su gracia, participar frecuentemente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, y en otras funciones sagradas, y aplicarse de una manera constante a la oración, a la abnegación de sí mismo, a un fraterno y solícito servicio de los demás y al ejercicio de todas las virtudes. Porque la caridad, como vínculo de la perfección y plenitud de la ley (cf. Col 3,14), gobierna todos los medios de santificación, los informa y los conduce a su fin. De ahí que el amor hacia Dios y hacia el prójimo sea la característica distintiva del verdadero discípulo de Cristo.

(…)

Quedan, pues, invitados y aun obligados todos los fieles cristianos a buscar la santidad y la perfección de su propio estado. Vigilen, pues, todos por ordenar rectamente sus sentimientos, no sea que en el uso de las cosas de este mundo y en el apego a las riquezas, encuentren un obstáculo que les aparte, contra el espíritu de pobreza evangélica, de la búsqueda de la perfecta caridad, según el aviso del Apóstol: "Los que usan de este mundo, no se detengan en eso, porque los atractivos de este mundo pasan" (cf. 1 Cor 7,31).