jueves, 15 de diciembre de 2011

Acerca del Adviento

“NUESTRA RUIDOSA Y EN EXTREMO AGITADA VIDA MODERNA”

Madre Lourdes, rcscj

Estamos inmersos en el ritmo acelerado de nuestra cultura, no somos ajenos a la civilización actual que ha perdido el silencio; nos hemos construido un ambiente de ruido, irritable y neurotizante.
Nuestra época carece de armonía, es pobre en palabras auténticas y, en cambio, es rica en estridencias y gritos. Vivimos dispersos en la distracción de mil cosas no esenciales. Estamos ganando el mundo pero estamos perdiendo el alma. Un signo de ello es la pérdida de la capacidad de hacer silencio, de ir a lo profundo, de vivir en soledad, porque estamos envueltos en una cultura de ruidos donde se rinde culto a la superficialidad, a la palabrería y a la dispersión.

Los espacios de silencio van desapareciendo, primero los más exteriores y luego los más interiores y profundos. Estamos enfermos, sufrimos el ruido de las calles y de los medios de comunicación, pero sobretodo padecemos por los ruidos que han penetrado dentro de nosotros mismos.

Hoy, el silencio es casi un lujo. A pesar de su inmenso valor, sin embargo, con mucha frecuencia, no sabemos hacer silencio. Y cuando lo tenemos, no sabemos qué hacer con él: o nos aburrimos, o le tenemos miedo y huimos de él, como de un estorbo inútil.

Nuestra sociedad actual es, como dice Pablo VI, “ruidosa y en extremo agitada”, carente de recogimiento, parece que estuviera dispersa en una febril búsqueda de caminos de evasión como el alcohol, la diversión, las drogas, el sexo, las gratificaciones instantáneas, las telenovelas, las usanzas cada vez más extravagantes… Hasta el trabajo se puede volver evasión. Hemos perdido los espacios de encuentro con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y, sobre todo, con Dios.

Las consecuencias de vivir en una sociedad saturada de ruidos son fatales y deplorables. Estamos perdiendo la capacidad de escuchar, la capacidad de estar solos, de recogernos en la intimidad, de vivir en contemplación, de hacernos las preguntas más grandes, las fundamentales de la vida.

El silencio, buen pedagogo para el Adviento

El adviento me despierta, cada vez más, la nostalgia de lo esencial. Adviento es el Señor que viene, que llega a mi vida. Es tiempo propicio para recuperar la propia historia personal, para volver a las raíces, a lo significativo que va aconteciendo. Ciertamente, el Señor llega y anhela entrar y quedarse en nuestro corazón. Pero ello sólo es posible si estamos atentos a los incontables detalles de su cariño, a los mil modos como Él está llegando a nuestra vida. Para eso necesitamos del silencio, de un silencio que nos ayude a estar más atentos y vigilantes, hoy que es habitual que andemos tan distraídos.

Adviento es un buen tiempo para recobrar la reverencia que hemos perdido, para redescubrir la cercana presencia de Dios que por tantos ruidos se nos escapa. Hay que dejar que el adviento nos devuelva el sentido del misterio, hacer un silencio interior que nos haga más acogedores, más habitables, más receptivos, que renazca la conciencia de nosotros mismos y, sobre todo, que recuperemos el asombro fascinante de Dios, que sigue viniendo, nos sigue hablando y nos sigue esperando, como siempre, desde el fondo de nuestros corazones.

Hay que aventurarnos a ser peregrinos en ese viaje interior al corazón. Sólo en el silencio podemos escapar de la superficie, donde flotan cosas pequeñas, y llegar a la profundidad, donde están las grandes verdades, nuestro yo más genuino, la misteriosa presencia del Señor, la paz interior. Necesitamos el silencio que nos habla camino a la conversión, que nos haga experimentar la confianza de regresar a nuestra casa, a nuestro origen, a los brazos del Padre y a la fiesta de estar reconciliados con Él. En el silencio se alimenta la esperanza y el deseo.

Ojalá que este adviento nos sumerja en ese gozo inexplicable del silencio, allí donde nos autodescubrimos, donde aprendemos a estar con nosotros mismos e incluso a gozar nuestra soledad como la más dulce compañía. No un silencio como evasión de la vida; por el contrario, como encuentro con ella, ese silencio que nos ayuda a rescatarnos como personas, a madurar, a crecer, a hacer vacío para que el Señor pueda habitarnos y para hacernos más compatibles con los demás.

El silencio es el precio que hay que pagar para volvernos una casa de puertas abiertas, donde nos podamos encontrar con Dios, con nosotros mismos, con los demás, con la creación. Hay un silencio que nos hace habitables, que nos llena de armonía. Y hay un ruido que nos hace inhabitables, nos desintegra. Si vamos al fondo de las cosas, perdimos el silencio por el pecado. El pecado es como el primer gran ruido interior que todo lo distorsiona y desarmoniza. De ese ruido deriva la multitud de ecos que llenan el corazón de todos los hombres de todos los tiempos: el egoísmo, el odio, la envidia, la codicia, la falta de aceptación de nosotros mismos y de los demás, el afán de poder, las pasiones sin orden ni rumbo, la pérdida de lo esencial, las jerarquías absurdamente invertidas…

En este adviento, que el silencio sea nuestro mejor pedagogo. Él nos guiará para encontrarnos con Dios, con nosotros mismos, con los demás, con la creación, para autodescubrirnos sin caretas ni disfraces en la desnudez de nuestro ser, para contemplar con ojos nuevos al Dios que viene. ¡Ven, Señor Jesús!, en silencio te esperamos y en silencio te acogemos. En el silencio ayúdanos a descubrir el auténtico sentido de nuestra vida, a mirar nuestro pasado con paz, nuestro presente con realismo y nuestro futuro con esperanza; a encontrar nuevas dimensiones a nuestras alegrías y a nuestras penas, a cultivar la receptividad, a abrirnos a la voz de Dios, a la de los hermanos y a la de nuestra conciencia.

Adviento es la oportunidad de asomarnos a nuestro corazón y reconciliarnos con nosotros mismos, de ir en busca de nuestro corazón perdido e instalarnos ahí donde nunca seremos expulsados. Necesitamos el silencio hoy más que nunca, sobre todo porque en silencio nos damos cuenta de lo que realmente necesitamos y de cuánto necesitamos a Dios.

Importa mucho cultivar y defender el silencio en el adviento, ya que este tiempo está especialmente saturado del ruido de palabras y de imágenes que fabrica la propaganda consumista y que arrastra a muchos a comprar cosas sin necesidad, que nos embota y hace que nos dejemos llevar por lo que vemos y oímos; es fácil ser arrastrados por lo exterior y volvernos sumisos consumistas, obedientes marionetas a merced de tanto ruido comercial, que nos ha secuestrado la Navidad. Hemos llegado al absurdo de hacer la fiesta ¡sin el Festejado!

El adviento nos ha de ayudar a tomar conciencia de lo que somos y de lo que queremos. Bendito adviento si lo aprovechamos para entrar en nuestro yo profundo, ahí donde cada uno de nosotros sabe que es distinto de todo y de todos, irrepetible, único y con nombre propio, dueño de su vida y de su destino. El ruido es una desgracia de nuestro mundo actual, porque nos distrae y nos dispersa, nos aleja de nosotros mismos. Bendito adviento si nos arriesgamos a entrar en el silencio, porque solamente el silencio nos libera de la superficialidad, la trivialidad y a encontrar el significado profundo de nosotros mismos, de los demás y de lo que Dios espera de nosotros. Sin el silencio nuestra vida se dispersa y se vacía rápidamente, nos mantenemos en la superficie, nos volvemos repetitivos y no logramos profundidad en nada. Nuestra verdadera riqueza como personas es como la de los pozos: no está en el brocal, sino en la profundidad.

Pero no es tarea fácil entrar en el silencio. Apenas estamos solos o silenciamos nuestros ruidos, también nos asustamos; porque afloran a la superficie de nuestra conciencia las voces interiores (el silencio las hace hablar), los recuerdos, temores, interrogantes, imaginaciones, ansiedades que habitualmente están reprimidas, pero están. Ya nos resulta fatigoso silenciar nuestro cuerpo, para escuchar su voz, sus demandas, sus necesidades, su cansancio, sus achaques; pero es más difícil silenciar la mente, que a menudo traemos llena de “ruido”: los pensamientos, los recuerdos, las fantasías, aquellas cosas que nos quitan la paz, que no nos dejan pensar. Sobre todo será difícil silenciar el corazón, tan frecuentemente lleno de emociones, de pasiones, de vivencias. A veces vamos cargando con una afectividad ruidosa, amores sin centro ni jerarquía, apegos, deseos que sofocan el Deseo Originario. En el fondo, todos necesitamos poner orden en nuestros afectos, y ello es posible sólo si llegamos al centro de nuestra persona, ahí donde somos señores de nuestras decisiones. Nuestra verdadera historia es la historia de nuestro corazón, ahí se gesta lo más sublime y lo más bajo. Por eso es tan importante escucharlo.

Este tiempo de adviento nos tiene que hacer más conscientes de nuestras necesidades. Es en el silencio donde experimentamos toda la fuerza de nuestra nada y de nuestra impotencia. Es en el silencio donde guardamos nuestros más grandes secretos y nuestras mayores heridas. Sería bueno escribir la historia de nuestros silencios; así podríamos saber para qué sirve el silencio: ¿cuándo y por qué hemos callado en nuestra vida? ¿sobre qué guardamos silencio? ¿qué hemos callado para siempre y vamos a callar para siempre? ¿el silencio de nuestros fracasos, el silencio del amor, el silencio de gracias y otras cosas que quedan entre Dios y yo, el silencio del confesionario, el silencio de nuestro pecado que queda oculto en la ternura misericordiosa del Padre?

Adviento, tiempo de dejarnos renovar por el Señor que viene. Hoy necesitamos hombres y mujeres nuevos. El mundo está lleno de “hombres viejos”, entre otras cosas, porque falta el silencio. Los guiños que Dios nos hace no alcanzan a resonar en el corazón porque lo traemos demasiado agitado, aturdido y embotado. No salimos de lo repetitivo, lo resabido, lo insulso, lo irrelevante. Necesitamos profetas que vengan del desierto, que lo acepten como condición para vivir encendidos y para rescatar, en el silencio, la vida, el fuego, lo nuevo, el amor y la esperanza…

María del Silencio, ayúdanos a vivir este adviento llevados de tu mano. Contágianos del silencio de tu fiat, ese bendito silencio del hágase por el que te ofreciste a Dios como territorio abierto y disponible, ese hágase que brotó de tu silencio y que es la radiografía de tu alma en sus vibraciones más íntimas; del silencio de tu embarazo, el secreto mejor guardado y que sólo tú podías haber guardado. Tu grandeza no está en nunca haber sido asaltada por la confusión, sino en que cuando no entendías algo, lo guardabas en el silencio de tu corazón (Lc 2,19). Enséñanos el silencio del amén el día de la anunciación, a la noche de Belén sin casa, el amén a la fuga a un Egipto desconocido y hostil, el silencio de los treinta años de Nazaret, el amén a la crucifixión y a la muerte, y el amén a los años de tu soledad, después de la resurrección de tu Hijo. Regálanos tu silencio y lo que significó para ti: abandono, disponibilidad, fortaleza, fidelidad, plenitud, elegancia, paz, adoración. Que de tu mano aprendamos que el verdadero Dios es aquel que nunca deja en paz, pero siempre deja paz.

¡Ven, Señor Jesús!

lunes, 15 de agosto de 2011

Ordenación presbiteral del primer tico Misionero del Espíritu Santo

El pasado sábado, 13 de agosto de 2011, en la capilla del colegio josefino Nuestra Señora de Sión, presidió Mons. Vittorino Girardi Stellin mccj, Obispo de Tilarán (Costa Rica), la solemne Eucaristía de Ordenación Presbiteral de José Ignacio Herrera Segura msps, quien se convierte así en el primer Misionero del Espíritu Santo de nacionalidad costarricense en recibir el sacramento de la segunda orden ministerial, el Sacerdocio.

Este fue un evento marcado por la presencia del Espíritu Santo, quien rebalsó de alegría los corazones de muchísimos presentes. Fue común ver lágrimas de emoción, empezando por el nuevo Sacerdote quien, en sus palabras dirigidas desde el púlpito a la feligresía por primera vez como el Padre José Ignacio, compartía sus sentimientos de “honda felicidad” por haber llegado al “final del principio”, en alusión a una travesía que había iniciado hace aproximadamente 10 años desde su ingreso a la Congregación, y a la vez daba inicio a otra, la de su ministerio Sacerdotal.

Nuestros hermanos de la emisora Radio María Costa Rica (610 AM) estuvieron presentes en esta gran fiesta, transmitiendo en vivo la Eucaristía y, además, publicando un set de fotografías en su sitio web de Facebook. Estas fotografías las pueden ver en este vínculo; enfatizamos que las fotografías son propiedad intelectual de Radio María Costa Rica.

lunes, 8 de agosto de 2011

¡Y nos salimos con domingo 7!

El día de ayer se realizó el Retiro-Peregrinación-Expansión María en la ciudad de Cartago. La pequeña comunidad Jesús de la Misericordia nos recibió con los brazos abiertos y no logramos sentir el frio propio de la provincia ya que fue un día muy cálido tanto climática como comunitariamente.

El padre Emilio Suberbie Aguirre, Misionero del Espíritu Santo, compartió con nosotros para iniciar una oración que nos llama a detener nuestra vertiginosa agenda cotidiana para abrir un espacio y tiempo para aquietarnos y escuchar la voz de Dios, que siempre habla, pero no logramos escuchar porque estamos distraídos. Luego nos proyectó una hermosa presentación con paisajes de la naturaleza, invitándonos a la contemplación…

En este ambiente de recogimiento, entramos en el misterio de la vida de María como la mujer modelo de seguimiento de Jesús. Recorrimos este camino acompañados de la experiencia de fe de Conchita, del padre Félix y de Charles de Foucauld.

Retomamos nuestro Proyecto de Vida, donde concretamos nuestros sueños y revisamos las virtudes que caracterizan a María como mujer y que estamos invitados a imitar si queremos amarnos unos a los otros como Jesús nos amó: humildad, sencillez, obediencia, prudencia, servicialidad, correspondencia, fortaleza; y fidelidad en sus cuatro dimensiones: búsqueda de la voluntad de Dios, acogida, aceptación y coherencia de vida.

Llegó el momento de la dinámica; las animadoras prepararon una dinámica que nos permitió conocernos más y sentirnos entretejidos en las relaciones humanas y comprendimos que el haber coincidido en día, hora y lugar era un regalo que Dios nos había preparado.

Muy alegres de sabernos acompañados, regresamos para trabajar en grupos y reflexionamos lo escuchado, cuando llegó el momento culmen de la mañana: la adoración eucarística. Cada uno en silencio tendió los hijos a nuestro Señor y Él sin duda nos devolvió los suyos, ya que no hay encuentro con Él que no sea fecundo…

Después de un delicioso almuerzo preparado en casa, retomamos la tarde de retiro con el tema Aparecida y Vaticano II, vislumbrando a María como la primera Discípula Misionera, y terminamos con algunas reflexiones sobre el ejercicio de nuestro sacerdocio bautismal.

Nos trasladamos a la Catedral de la Diócesis de Cartago donde nos esperaba La Negrita, la patrona de Costa Rica, la Virgen de los Ángeles, y celebramos la Eucaristía de cierre junto con cientos de personas de la Diócesis. Las imágenes de la Cruz del Apostolado, de Conchita y del Padre Félix ondeaban al pie del altar y nuestros corazones latían al unísono. Después de la Comunión repartimos la oración Discípulos y Misioneros por las Familias e invitamos a los presentes a hacerla en sus casas diariamente.

Terminaba un hermoso día dedicado al encuentro con el Creador. Recordando las palabras del poeta León Felipe:

“Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol...
y un camino virgen
Dios.


Compartimos con ustedes estas fotografías.

viernes, 1 de julio de 2011

Solemnidad de su Sagrado Corazón

Hoy viernes 1º de julio celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.

La siguiente “hojita” – que la V.S.D. Concepción Cabrera de Armida preparaba para los retiros mensuales de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús en sus inicios como Obra – trata del mismo Corazón de Jesús.

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Concepción Cabrera de Armida
Hojitas de Retiros Mensuales
Alianza de Amor
1910 – 1937
p.529


JUNIO DE 1937

SAGRADO CORAZÓN

En el mes consagrado especialmente al corazón divino de Jesús, deben las almas de la Alianza emplear los medios que están a su alcance para estrechar la unión de su voluntad con la de Dios, para realizar su ALIANZA DE AMOR.

En el servicio de Dios se impone, no solo la fidelidad y la constancia, sino también, y por lo que toca al momento presente, sobre todo, la GENEROSIDAD, virtud que les inclinará a dar a Dios cuanto les pida y cuanto les dicte su corazón.

El movimiento, la actividad interior, indica la vida de un ser:  la actividad suprema se halla en Dios, que es la misma Vida.

Jesucristo se llamó a Sí mismo vida, y la Iglesia participa de esa misma vida de una manera inefable.

De esa sobreabundancia de vida de la Iglesia nacen, pujantes y fecundas a su vez, las órdenes y congregaciones religiosas.  De éstas, en algunas ocasiones, como retoños de olivo, se forman diversas asociaciones piadosas y en una y en otra, millares de almas llenas de vida sobrenatural se santifican y glorifican a Dios.

¿Pero esta vida cómo se manifiesta?  DANDO A DIOS CUANTO NOS PIDA.  Tal es el primer elemento de la generosidad.  No es mucho lo que nos pide Dios:  Deberes de estado, obligaciones contraídas e inspiraciones recibidas.  A esto se reduce lo que Dios quiere de nosotros.

¡Cuántas ilusiones nos hacemos acerca de la perfección poniéndola en lo que no está!... más que en oraciones y rezos, nuestra santificación consiste en el cumplimiento del deber por amor a Dios.

Este amor sufre variaciones, tiene distintos grados en las almas y en esto es en lo que se puede juzgar el fervor; quien más ama, mejor y más exactamente cumple su deber.  El que ama menos, cumple su deber fría o tibiamente y no persevera en Él.

Pero hay aun otro elemento en la generosidad:  DAR A DIOS CUANTO PIDE NUESTRO CORAZÓN.  Este elemento perfecciona y completa al primero:  Dios manda, exige algunas cosas; otras las hemos tomado como obligaciones pero aun hay otras que se quedan a nuestra elección y amor…  Dios nos hace ver que esto o aquello le agrada… y luego calla… espera… entonces entra la generosidad en juego:  Le agrada a Dios, lo hago; glorifica a Dios, lo ofrezco.

Y en este camino basta comenzar para que nuevos horizontes se abran y aparezca en toda su belleza lo que es el sacrificio, el amor que da la GENEROSIDAD.

sagrado corazon

Y más que estas cosas aún, aparece Jesús consolado, amado, satisfecho en medio de esas almas que no solo cumplen sus deberes estrictos sino que dan rienda suelta a su corazón tratándose de amor a Él.

Almas generosas, llenas de vida, eso deben ser las de la Alianza; así las quiere Nuestro Señor, así las necesita la Iglesia.

Este es el espíritu que distinguirá a los socios de la Alianza de Amor:  generosidad en el servicio de Dios, almas de temple que por amar a Jesús estén dispuestos a sacrificarse no solo en lo estrictamente necesario, sino en cuanto lo puedan hacer.  Almas que siempre den algo nuevo a Jesús, si no en cantidad, sí en calidad… El deber de todos los días hecho por Él, por su santo amor y sacrificios y pequeñeces, si se quiere, pero impregnada de mucho amor… el amor es siempre antiguo y siempre nuevo.

Descanse, pues, Jesús, en las almas amantes y generosas, en las almas que comprenden algo del infinito amor de Dios y quieren corresponder como mejor puedan a esas delicadezas de la misericordia divina.

jueves, 30 de junio de 2011

El Corazón de Jesús

Continuamos con la preparación a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús el próximo 1º de julio de 2011.

La siguiente “hojita” – que la V.S.D. Concepción Cabrera de Armida preparaba para los retiros mensuales de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús en sus inicios como Obra – trata del mismo Corazón de Jesús.

Nótese el uso de ciertos términos muy propios de la forma de vivir las virtudes en la época en que estas “hojitas” se redactan (1910 a 1937). Como cristianos del siglo XXI, ¿qué significado podemos proporcionarle a estas palabras?

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Concepción Cabrera de Armida
Hojitas de Retiros Mensuales
Alianza de Amor
1910 – 1937
p.299


Corazón de Jesús


“Alma querida acércate a mi Corazón Divino y no le temas; estúdialo con amor… penétralo con amor y haz en Él tu morada de amor eterno.”

A todas las almas hace el Corazón de Jesús esta invitación, pero con más razón a los miembros de Alianza de Amor, a las que tienen la dulce misión de arrancar las espinas que lo lastiman para así consolarlo.

¿Jesús es amado? ¿Jesús es correspondido? En el mundo ruge una tormenta de odio contra su Divino Corazón; y Él quiere almas puras, almas – hostias, almas de nieve y de sangre, que con su blancura y sus sacrificios hagan contrapeso a tantos horrores.

Que este mes de Junio, nuestro mes predilecto, se distinga en el amor al Corazón Divino, pero amor práctico de abnegación, de voluntario sacrificio, de generosidad, gozándonos en la voluntad santísima de Dios aunque nos duela.  Hay que madurarse al ardor del Sol Divino que desde la Cruz, desde la Eucaristía, sólo nos pide permanecer bajo sus rayos:  “Hijitos míos, permaneced en mi amor.”   ¿Qué importa llevar la cruz sobre los hombros cuando se lleva la Eucaristía en el corazón?  Si nos encontramos desconsoladas (os), si sucumbimos al peso del dolor, volemos al Corazón todo ternura, que templará la amargura de nuestras penas y las trocará en alegrías.

Imitemos las virtudes del corazón eucarístico de Jesús; Cadena de Amor, cosechando para nuestra eterna corona… pensemos a menudo que todo pasa, menos el haber sufrido por Dios con amor; si lo hacemos así, el Corazón de Jesús nos envolverá en los divinos perdones del amor, porque, ¡Él es Amor!

Pidamos para esta parte escogida el amor a la Cruz, pidamos Sacerdotes apóstoles que salven al mundo por el amor; pero como nadie puede ser apóstol sin ser mártir, por eso pidamos el amor a la Cruz, porque cuando otros apostolados en las almas no tienen éxito, este de la Cruz es infalible, es el más fecundo y poderoso, porque es el del verdadero amor.

Las almas  de la Alianza de Amor debemos ser también almas de apóstol llenas de vida divina, transformándonos en Jesús, teniendo con Él un solo corazón todo amor, todo dolor. Debemos ser las almas dichosas, cálices llenos de Jesús, recipientes de amor que se derramen sobre las almas que nos rodean; fuentes de amor, ríos y mares de amor puro, donde esas almas beban.

¡Oh sí! Miembros de Alianza que caiga sobre estas almas el rocío de gracias y que Dios sea glorificado en virtud de nuestros sacrificios. Esta es nuestra misión: ser apóstoles, ser mártires, ser hostias, ser otros Jesús, heridas (os) de amor.   Dice un autor: que la lanza no abrió la herida en el corazón de Jesús,  que solo aparto el velo que lo cubría, porque Jesús murió ya herido de amor.

Aticemos en las almas el amor al Espíritu Santo, a la Eucaristía y a María.  ¡Estos son lo poderosos incentivos del amor divino!

Jaculatoria

JESÚS MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN,
HACED MI CORAZÓN SEMEJANTE AL VUESTRO.

No olvidar ofrecer la comunión por los Sacerdotes.

La Bondad

Continuamos con la preparación a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús el próximo 1º de julio de 2011.

La siguiente “hojita” – que la V.S.D. Concepción Cabrera de Armida preparaba para los retiros mensuales de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús en sus inicios como Obra – trata de la virtud de la Bondad.

Nótese el uso de ciertos términos muy propios de la forma de vivir las virtudes y bondades en la época en que estas “hojitas” se redactan (1910 a 1937). Como cristianos del siglo XXI, ¿qué significado podemos proporcionarle a estas palabras?

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Concepción Cabrera de Armida
Hojitas de Retiros Mensuales
Alianza de Amor
1910 – 1937
p.53


La bondad, fruto precioso del Espíritu Santo se alimenta de todas las virtudes.  La humildad es su vida, la obediencia su centro, la pureza su atmósfera, la pobreza su delicia, la mortificación su aliento, la presencia de Dios su ser.  La oración es la savia divina con que se desarrolla y crece, el sacrificio su delicia, y el amor divino su todo.

El Espíritu Santo es el eterno foco en donde se produce la bondad, y El es quién comunicándonos toda su belleza, nos derrama hasta el exceso en el corazón sacratísimo de Jesús.

¡Oh que dichosas las almas de Alianza de Amor a quienes el Espíritu Santo obsequie tan estimable fruto de la bondad!  Esta procede de la santidad misma  porque tiene más de Dios que del hombre.  Jesús pasó por la tierra derramando bondades y misericordias sin número, enseñándonos el camino que debemos seguir imitándolo.

Por ser tan alta esta incomparable virtud, la rodean sin descanso muchos enemigos:   la soberbia,   la hipocresía,   el mundo,   el propio juicio,   la fatuidad,   y otros vicios quieren hacerla su presa, pero la humildad, el propio conocimiento y la confianza en Dios, la libra y defiende.

Pidamos al bondadísimo Corazón de Jesús todo este mes dedicado a honrarlo que nos alcance con su oración del Espíritu Santo, este fruto bendito que tanto necesitamos en la vida.   Y que por la intercesión de nuestra Madre bondadosa y santa María practiquemos en su honor:

  1. Muchos actos de humildad interiores y exteriores.
  2. Obediencia a nuestro director, padres y mayores.
  3. Amabilidad en toda ocasión, sonriendo en el trabajo y en el sufrimiento.
  4. No buscar ser amadas (os), sino únicamente amar hasta a los enemigos.
  5. No obremos teniendo en cuenta nuestras ideas, sino las de los demás, siempre complaciendo al prójimo.

Todo en unión de nuestra cariñosa y tierna Madre María, ofreciéndonos por su corazón al Espíritu de Amor.

Procuremos tener:

Un solo amor Jesús
Un solo tesoro Su Corazón
Un solo refugio María
Un solo abrigo El Sagrario
Una sola dicha La Eucaristía
Un solo fin Expiar
Un solo apoyo La Cruz
Un solo anhelo Sufrir
Una sola fuerza La Oración
Una sola inquietud Las Almas
Un solo recuerdo Los dolores internos de Jesús

viernes, 10 de junio de 2011

La Misericordia

Continuamos con la preparación a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús el próximo 1º de julio de 2011.

Esta semana, la “hojita” – que la V.S.D. Concepción Cabrera de Armida preparaba para los retiros mensuales de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús en sus inicios como Obra – trata de la virtud de la Misericordia.

Nótese el uso de ciertos términos muy propios de la forma de vivir la virtud del sacrificio en la época en que estas “hojitas” se redactan (1910 a 1937. Como cristianos del siglo XXI, ¿qué significado podemos proporcionarle a estas palabras?

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Concepción Cabrera de Armida
Hojitas de Retiros Mensuales
Alianza de Amor
1910 – 1937
p.31

Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia

 

Ese es el sello característico del Corazón de Jesús,  ¡la Misericordia!;  para Él no hay excepciones, lo mismo recibe al pobre que al rico, al esclavo que al señor, es todo para todos; afable, dulce, bondadoso y compasivo; jamás pudo ver una pena sin consolarla.   A todos anima y con los que padecen, llora; su Corazón se parte ante cualquier desgracia, y concluye diciendo y abriendo sus brazos a la humanidad doliente:   Venid a mí todos, que yo os aliviaré.

Jesús pasó por la tierra haciendo el bien, derramando a su entorno los tesoros de su inagotable caridad y viendo como propios los males ajenos.  He aquí nuestro modelo, miembros de Alianza, que tan íntimamente debemos estar unidos al Corazón Divino, relicario de todos los amores.   Grande misericordia debemos tener para con el prójimo, remediando sus necesidades, cuando menos con oraciones fervorosas.

El Señor ha dicho que estima la misericordia más que el sacrificio, y que nosotros debemos cifrar nuestra dicha, este mes sobre todo, en aliviar los dolores, en enjugar las lagrimas, en practicar las obras de misericordia corporales y espirituales.  De esta manera, tendremos derecho a los perdones con los que Dios se complace en premiar a los misericordiosos, con la abundancia de su caridad, sin limites.

Procuremos:

  1. Ser amables y bondadosos con nuestros hermanos (a), sin excluir a los enemigos.
  2. Tender nuestras manos, y más nuestros corazones, a todo género de miserias, aliviando al prójimo de cuantas maneras nos sea posible.
  3. Quitar de lo superfluo, y aún algo de lo necesario en mí; en bien de los pobres y más necesitados.
  4. Socorrer a las necesidades de la Iglesia.
  5. Visitar algunos enfermos, y confortar a las almas que sufren, llevándoles a Dios.

Venid a mi 2

JACULATORIA
¡Oh, Señor! Que sepa desprenderme
y toda(o) para todos siempre hacerme.

Con la medida que mides serás medida(o), dijo el Señor… y no tengamos una pesa chica para dar, y otra grande para recibir. Hagamos dignas(os) de escuchar aquellas dulcísimas y consoladoras palabras:  Venid benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me diste de comer…

martes, 7 de junio de 2011

Virtud del Sacrificio

En preparación a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús el próximo 1º de julio de 2011, les compartiremos en las siguientes semanas estas “hojitas” que la V.S.D. Concepción Cabrera de Armida preparaba para los retiros mensuales de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús en sus inicios como Obra.

Nótese el uso de ciertos términos muy propios de la forma de vivir la virtud del sacrificio en la época en que estas “hojitas” se redactan (1910 a 1937. Como cristianos del siglo XXI, ¿qué significado podemos proporcionarle a estas palabras?

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Concepción Cabrera de Armida
Hojitas de Retiros Mensuales
Alianza de Amor
1910 – 1937
p.12

VIRTUD DEL SACRIFICIO

El alma: víctima ansiosa de expiación

El espíritu de sacrificio consiste en una tendencia constante al quebrantamiento de la voluntad, en los sentidos y potencias, en lo divino y en lo humano.  Es un instinto del alma con el que busca todo lo que puede contrariar su voluntad, sacrificándose.  Es decir, un no a nuestro sí y un sí a nuestro no en honor de Jesús y de María.

¡Oh Corazón de Jesús, danos hoy la gracia!  Que el santo fuego en que te abrasas, consuma en nuestras almas el amor a la comodidad y a los deleites; enciende en ella el espíritu de voluntaria inmolación, haciéndonos víctimas en unión tuya.

Conchita, nuestra madre espiritual, nos llama a buscar sacrificarnos esta semana:

1. Voluntariamente por amor,

2. Con un fin de expiación amorosa,

3. No solo aceptando con sumisión cristiana lo doloroso que nos venga, sino aún buscando con ardor las ocasiones de mortificarnos por los que no lo hacen,

4. Con el objetivo de consolar al divino Corazón,

5. Todo por María y a favor de la Santa Iglesia y sus Sacerdotes.

 

sacrum facere

JACULATORIA

¡Oh Jesús! La inmolación constante me enamora,

porque mi pecho con pasión te adora.


Nuestros Estatutos nos llaman a vivir la Eucaristía diaria. Conchita, mujer muy lista para el Señor, nos enseña que si por alguna situación o circunstancia no podemos acudir a ella vivamos la COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Azucena divina, inmaculada,
Ven que mi alma te espera enamorada.

domingo, 8 de mayo de 2011

Testimonio del P. Rafael Moctezuma MSpS acerca del Beato Juan Pablo II

El P. Rafael Moctezuma MSpS nos ha hecho llegar este testimonio suyo sobre el papel del Beato Juan Pablo II en su vida.

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Al estar estudiando Filosofía, tuve la oportunidad de ser fotógrafo oficial de la visita del Papa Juan Pablo II al Seminario Mayor de Guadalajara, el día 30 de enero de 1979.

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En esas fechas escribía:

“Es realmente bello contemplar la forma como el Señor va actuando en las almas, en todas y cada una de ellas.  En especial me ha llamado la atención la obra que ha realizado en el Sto. Padre.  Se ve con claridad la evolución que va teniendo y los pasos gigantes que en Tu amor va dando. Él ha sido todo con todos; ha llorado con los que sufren y reído con los que gozan.  Ha dejado una estela de amor y de paz en todos nosotros.  El Papa ha estado entre nosotros. Cristo ha estado presente en cada uno de nosotros.  Bendito sea mi Dios."

La experiencia más cercana  con  Juan Pablo II fue en su segunda visita a México (6-13 de mayo de 1990).

A la mañana siguiente de su arribo a México me dirigí a la Delegación Apostólica para tomar algunas fotografías de Juan Pablo II. Ya contaba con todas las acreditaciones  para acompañarlo a lo largo de todo su recorrido  por el  Valle de Chalco, Veracruz, San Juan de los Lagos, Durango, Monterrey, Chihuahua, Tuxtla Gutiérrez, Villahermosa y Zacatecas. En total visitó 10 estados, donde no hubo tema que no tratara ni sector con el que no se reuniera, desde trabajadores, indígenas, jóvenes, presos, sacerdotes, religiosos y seminaristas, hasta empresarios, intelectuales y cuerpo diplomático.

Mí interés de ir a la gira Apostólica del Papa era contemplar el impacto que producía su presencia en la gente y hacer un documental de su visita por nuestra nación.

No tenía en mente tomarme alguna fotografía con el Papa, ya que mi mentalidad era: “si es mi amigo no necesito tener una foto con él;  y si no lo es, tampoco.”  En conclusión, no pensaba  retratarme con él.

Tengo que decirles, que el poder contar con las acreditaciones para la gira apostólica del Papa era un trámite sumamente difícil y en dos ocasiones fui a visitar a Mons. Prigioni para pedirle la autorización. El me autorizo formar parte del grupo de reporteros, durante todo el recorrido, menos en la Delegación Apostólica y en los Pinos.

Sin embargo a la mañana siguiente de la llegada de Juan Pablo II me dirigí a la puerta de la Delegación Apostólica para verlo pasar por la calle. Estando al frente de la puerta de la Sede Apostólica  busqué la manera de entrar  y una vez adentro,  empecé a tomarle fotografías.

El Papa estaba rodeado de un  grupo de niñas que habían ido para cantarle las mañanitas. En un momento dado deje de tomarle fotografías para mirarlo con atención.

Fue entonces cuando  Juan Pablo II me miró y me mando llamar, yo estaba a unos metros de él, y al irme acercando oí la voz de Delegado Apostólico que decía: “¿Qué hace Moctezuma aquí?”.

JPII-Moctezuma-04Me puse a un lado del Papa y él me empezó a apapachar  el hombro.  Le besé la mano y se agachó para decirme unas palabras enigmáticas: “¡Yo te ayudaré!”…  eso fue todo. Siempre me quedé con la interrogante de esas palabras: ¿Se refería a mí sacerdocio?, ¿a mí perseverancia?  ... Nunca supe interpretar el sentido de sus palabras hasta el 2 de agosto del 2006.

Gran parte de la gira Apostólica consistió en contemplarlo y acompañarlo con mi oración. Ya nunca lo volví a tocar pero en varios momentos se me quedaba viendo y sonreía.

Realmente me conmovía la manera en que trataba a las personas y su gran necesidad de transmitir el Amor de Dios a todos los hombres.

JPII-Moctezuma-05En una ocasión le pregunté a un reportero italiano: ¿Qué era lo que más deseaba el Papa en sus viajes Apostólicos?  Y  él me respondió: “Bendecir al  mayor número de personas”.

Más adelante,  pude acompañar al Papa en su viaje a Santo Domingo y en 1997, al mandarme a fundar  una nueva comunidad en Costa Rica, se terminaron mis giras Apostólicas.

Después de 9 años de estancia en Costa Rica me enviaron a Colombia para colaborar en una nueva fundación. La nueva parroquia en Bucaramanga, Colombia, llevaría el nombre de Juan Pablo II y el territorio Parroquial contaría con una  población de unos 15,000 habitantes, la gran mayoría concentrada en multifamiliares.

El que la Parroquia llevara su nombre me llenaba de ilusión y tenía infinidad de proyectos para que la Parroquia se convirtiera en Santuario. Pensaba en construir un museo para dar a conocer su vida y misión,  el cual tendría fotografías, documentos y reliquias suyas. Pensaba en mandar a hacer ornamentos del Papa, construir una estatua de su santidad Juan Pablo II, etc.

Sin embargo en el mes de julio del 2006 tuve que ir a México por asuntos familiares y me operaron de una angioplastía el 26 de Julio del mismo año. El 1 de agosto me dieron de alta pero el de 2 de Agosto del 2006 se taparon los 2 stents que me habían colocado en las arterias y tuve un infarto masivo y dos arritmias letales.

En más de dos ocasiones morí físicamente, pero el Señor quería que viviera.

Recuerdo que en una de las muertes experimenté el gozo de verme rodeado del Amor del Padre y una luz lo invadía todo, fue una experiencia única de ternura y consuelo.

En otro momento me vi rodeado de personas que amaba y que ya estaban en el Señor. Era experimentar su presencia y   sentirme acompañado y protegido, en fin estaba rodeado de muchos seres queridos. Con exactitud puede decir que Juan Pablo II estaba en el lado derecho junto a ms pies, También estaba el Hno. Arellano. En el pecho me pusieron a mi sobrina Lucía que murió a los seis días de vida. También el Señor Carlos Levy a quién había ayudado a morir y mi madre. De verdad les puedo decir que no hay motivo para temerle a la muerte ya que es realmente lo más hermoso de la vida.

Yo me sentía feliz, pero en un momento dado,  Juan Pablo II se me acercó y me dijo que tenía que continuar mi misión y prácticamente me empujó al mundo. El me lo ordenó y no me pregunto mi parecer.

Desde el principio de mi enfermedad me he encomendado a Juan Pablo II, todos los días he sentido su presencia y acompañamiento.

Realmente el sentir todo el Amor del Padre (en forma de luz) y amarlo con todo el corazón, bien vale todos los sufrimientos en los que me ha metido. La fragilidad no puede disminuir la capacidad de amar.

Solamente muchos meses después, recordé las palabras que Juan Pablo II me dijo en la Delegación Apostólica de México: “Yo te ayudare” y entonces  comprendí que él fue  quién me ayudó a dejar de gozar por un tiempo del Amor pleno del Padre,  para acercar a los demás a Dios.

lunes, 18 de abril de 2011

Las Danzas Cuaresmales: Recopilación

Para el V domingo, el relato de la resurrección de Lázaro es el ritmo que terminará de amenizar el baile cuaresmal. Para ver la reflexión completa pueden ir aquí.

Además, listamos todas las reflexiones con las que nos hemos amenizado estos casi 40 días, en caso que deseen repasarlas y acompañarse de ellas durante estos últimos días previos a la celebración del Triduo Pascual:

La danza de lo ex-céntrico: El desierto de las tentaciones (Mt 4,1-11)
La danza de lo paradógico: El monte de la transfiguración (Mt 17,1-13)
La danza de lo imprevisible: Un pozo en Samaría (Jn 4,1-45)
La danza de lo in- conveniente: Una alberca en Siloé (Jn 9, 1-41)
La danza de lo in- tempestivo: La tumba de Lázaro (Jn 11, 1-45)

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Dolores Ailexandre

Es Marta esta vez quien nos invita:

Dejad que sea Otro quien mida vuestros tiempos, ritmos y compases. Recordad que él llega a tiempo pero a su  tiempo, no al vuestro, y tendréis que ser pacientes y convertir vuestra prisa en espera y vuestra impaciencia en vigilancia. Acostumbraos a su extraño lenguaje: si decís de alguien: "está muerto" él os dirá "está dormido" y os pedirá también vuestro consentimiento, no sólo ante sus retrasos, sino ante sus anticipaciones: porque en el grano de trigo podrido en tierra él está contemplando la espiga, y cuando una mujer grita de dolor, él escucha ya el llanto del niño que nace.

No temáis permanecer a su lado junto a las tumbas de vuestro mundo, unid vuestro llanto al suyo allí donde parece que la muerte ha puesto ya la última firma y gritad vuestra rebeldía ante su dominio. Pero creed también en la fuerza secreta de la compasión y de la insensata esperanza.  Cuando yo le esperaba  junto al lecho de Lázaro para ahuyentar su fiebre, él vino a destiempo, a la hora tardía en que creíamos no necesitarle. Y el que no llegó a tiempo para curar a mi hermano, ordenó retirar la piedra del sepulcro, pronunció su nombre y le ordenó con su poderosa voz: -"Lázaro, ¡ven afuera!". Y todos supimos entonces que la última palabra la tenía aquel hombre en quien habitaba el poder de vencer a la muerte. Atreveos a jugar con él el juego de sus retrasos y de sus des-tiempos: apostad fuerte por la Palabra que os asegura que en él está la resurrección y la vida de todos los lázaros olvidados en las tumbas de la historia.

20080309Alegraos de tener como Compañero de danza al Ex-céntrico y al Imprevisible, aunque os conduzca a un ritmo que os parezca paradójico, in-conveniente e intempestivo. Porque lo suyo es cambiar nuestro luto en danza, desatar nuestros sayales, como desató a Lázaro de sus vendas, y revestirnos de fiesta.

lunes, 4 de abril de 2011

IV Domingo de Cuaresma: La danza de lo in-conveniente

Para este domingo el relato de la curación del ciego de nacimiento es el ritmo que amenizará el baile de esta semana. Para ver la reflexión completa pueden ir aquí.

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Dolores Ailexandre

20080302Aflojad la tensión de vuestras manos y dejad que se os escapen las riendas con las que intentáis controlar a Dios, podría decirnos el ciego de nacimiento. Liberaos de vuestra obsesión por fiscalizar los "cómos" y dominar los "porqués" de sus acciones: tampoco yo conseguí entender por qué untaba mis ojos con aquel barro espeso que parecía cegar aún más mis pupilas. Pero me fié de su palabra, me dirigí a tientas a la alberca de Siloé, me lavé y, junto con el barro, se fueron mis tinieblas y me vi sorprendido por la luz como en la primera mañana de la creación. Aceptad el desafío de creer que el barro puede ser  portador de luz, confiad  en las manos de quien lo aplica a vuestros ojos, reconoceos en la negativa farisea de aceptar que la luz pueda llegar por otro camino que no sea el de los propios candiles y lámparas.

Decidíos a creer que Alguien sabe mejor que vosotros qué es lo que os cura y lo que puede hacer luminosa vuestra vida y no os contentéis con conocerle solamente por el sonido de su voz y el roce de sus manos: porque él os sigue buscando para que podáis contemplar también el rostro del que procede toda luz.

Dad fe a la Palabra que os asegura que  vuestras carencias y cegueras no os encierran definitivamente, sino que pueden ser puertas abiertas para el encuentro y entregad vuestra fe y vuestra adoración a Aquel que no pasará nunca de largo por las cunetas de vuestros caminos.

Un día, estaba sentado con Rodleigh, el jefe del grupo, en su caravana, hablando sobre los saltos de los trapecistas. Me dijo:

- Como saltador, tengo que confiar por completo en mi portor. El público podría pensar que yo soy la gran estrella del trapecio, pero la verdadera estrella es Joe, mi portor. Tiene que estar allí para mí con una precisión instantánea, y agarrarme en el aire cuando voy a su encuentro después de saltar.

- ¿Cuál es la clave?, le pregunté.
                                       
- El secreto, me dijo Rodleigh*,  es que el saltador no hace nada, y el portor lo hace todo. Cuando salto al encuentro de Joe, no tengo más que extender mis brazos y mis manos y esperar que él me agarre y me lleve con seguridad al trampolín.

- ¿Que tú no haces nada?, pregunté sorprendida.

- Nada, repitió Rodleigh. Lo peor que puede hacer el saltador es tratar de agarrar al portor. Yo no debo agarrar a Joe. Es él quien tiene que agarrarme. Si aprieto las muñecas de Joe, podría partírselas, o  él podría partirme las mías, y esto tendría consecuencias fatales para los dos. El saltador tiene  que volar, y el portor agarrar; y el saltador debe confiar, con los brazos extendidos, en que su portor esté allí en el momento preciso.

Cuando Rodleigh dijo esto con tanta convicción, en mi mente brillaron las palabras de Jesús: "Padre, en tus manos pongo mi Espíritu". Morir es confiar en el portor. Podemos decir a los moribundos: "Dios se  hará presente cuando deis el salto. No tratéis de agarrarlo; él os agarrará a vosotros. Lo único que debéis hacer es extender vuestros brazos y vuestras manos y confiar, confiar, confiar".

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* Rodleigh Stevens es el fundador y entrenador principal del Circo Trix. Ha estado involucrado en la industria del circo durante más de 30 años como artista intérprete o ejecutante, aparejador y entrenador. Como intérprete, Rodleigh se especializo en el trapecio.

lunes, 28 de marzo de 2011

III Domingo de Cuaresma: La danza de lo imprevisible

Para este domingo el relato del pozo en Samaría es el ritmo que amenizará el baile de esta semana. Para ver la reflexión completa pueden ir aquí.

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Dolores Ailexandre

Abandonen su rigidez entre los brazos del Danzante, déjense llevar por él más allá de sus calculados movimientos,  nos diría la samaritana: no teman la hondura de su pozo, ni el empuje irresistible del manantial que salta hasta la vida eterna. Olviden su pequeño cántaro, su raquítico sistema de pesas y medidas.

Olvídense de las pequeñas disputas en torno a montes y templos: ha llegado la hora de adorar en espíritu y en verdad y todos  están llamados a hacerlo. No se queden únicamente en lo que ya saben de Jesús: recorran el proceso de intimidad al que también tienen la dicha de estar invitados. Al  principio yo no vi en él más que a un judío, pero él me fue conduciendo hasta descubrirle como Señor, Profeta, Mesías, como Aquel a quien siempre había estado esperando sin saberlo. Tengan ustedes la osadía de nombrarle con nombres nuevos, con esos que no aparecerán nunca en los resecos manuales de sus estanterías.

Pero les aviso, est20110327én prevenidos: él les puede estar esperando en cualquier lugar, en cualquier mediodía de su vida cotidiana, precisamente cuando andaban enredados en pequeñas historias relacionales, en rencillas mutuas o en rancias ortodoxias en torno a rúbricas o privilegios. Si se detienen a  escucharle, están perdidos para siempre porque él al principio les pedirá algo sencillo: "dame de beber", "llama a tu marido"..., pero al final, volverán a su casa sin agua y sin cántaro, y  con la sed, antes desconocida, de atraer hacia él a la ciudad entera.

Cuenta un apotegma*  de los padres del desierto que el abad Lot dijo una vez al abad José: "Padre, ayuno un poco. Oro y medito; trato de vivir en paz en lo que de mí depende; procuro purificar mis pensamientos. ¿Qué más puedo hacer?

José se puso de pie y extendió sus manos  hacia el cielo. Sus dedos se volvieron como diez llamas y dijo: ¡Si quieres, puedes ser todo fuego!

 

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* Apotegma es una sentencia breve y graciosa en la que subyace un contenido moral aleccionador.

viernes, 25 de marzo de 2011

Como hijo amado del Padre, dar la vida a todos, con todo lo que soy

Siendo hoy, viernes 25 de marzo, el día de la Encarnación Mística y al mismo tiempo el natalicio del H. Ignacio Herrera, MSpS, compartimos algunas palabras de reflexión de este futuro sacerdote Misionero del Espíritu Santo costarricense.

 

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Una querida amiga de Alianza de Amor de Costa Rica me dice: Nacho, ¡Cuéntanos en media paginita qué te está inspirando el Espíritu en la experiencia significativa de tu vida, de tu presente! Lo más resumido que pude es el título que escogí para este corto espacio.

 

Con gratitud les comparto que estos años de formación, experiencias pastorales y comunitarias en Costa Rica, Colombia, México y ahora en España han sido fuente de realización y consolidación de la vocación y que se conjuga con el deseo de vivir esta vocación desde el ministerio del diaconado y pronto del sacerdotal. Ha sido todo este tiempo, espacio para descubrir muchas cosas: Por ejemplo, darme cuenta que muchas veces se construye más el Reino de Dios estando, acompañando, compartiendo con el pueblo tristezas, alegrías, impotencias, que haciendo muchas cosas que lo que lleva es a un activismo no constructivo. Me costó mucho aprenderlo porque implicó cambiar una manera de pensar muy arraigada.

 

Después, percibí que la oportunidad de acompañar a jóvenes en acompañamiento espiritual empezó a ser para mí una rica experiencia pastoral y un rasgo particular de ser MSpS que quisiera seguir fomentando y madurando ahora desde el ministerio. De igual manera recojo con gratitud, la experiencia de promover la construcción de comunidades juveniles iluminadas desde la espiritualidad de la cruz y con el objetivo de asumir juntos un compromiso eclesial y social como cristianos que deseamos hacer presente a Jesús Sacerdote en el mundo.

20051023

 

Hoy, una de mis mayores inquietudes personales es seguir buscando maneras de comprender y dar pasos concretos para compartir vida y misión con los laicos. Hoy por hoy me sigo sintiendo llamado a seguir compartiendo mi vida consagrada y el futuro ministerio, con los laicos en un trabajo conjunto y en equipo como compañeros de camino. Así mismo, he vivido con mucha alegría los momentos compartidos con algunas obras de la cruz en un ambiente de familia y vocación compartida.

 

Por otro lado, a cuatro meses para mi ordenación sacerdotal siguen resonando dentro de mí, preguntas que constantemente le hago a Jesús en mis tiempos de oración: ¿cuál es el sueño que tienes para mí? ¿Cuál es tu voluntad? ¿Dónde quieres que haga realidad este sueño que tienes para mí? Me doy cuenta que poco a poco, al ritmo del Espíritu y no según mis antojos y aceleres se van llenando de nuevo contenido y respuestas.

 

En este último tiempo han habido regalos muy especiales: Mirarme delante de Él con mis debilidades y fortalezas, en mis batallas por ser libre, reconocerme pecador perdonado, ver que mi historia personal se va haciendo historia de salvación pero no por mis fuerzas o voluntarismos, sino por su amor gratuito. También es especial volver a escuchar, una vez más, por parte de Jesús que me vuelve a preguntar: ¿Nacho, me amas? y al final sólo poder responder: Mi Jesús, tú lo conoces todo, tú sabes que te amo. De  manera especial en los ejercicios espirituales de preparación al diaconado, les puedo compartir que cuando me siento y me creo hijo amado del Padre y con todo lo que soy, desde ahí Él me vuelve a encomendar la tarea. En el concreto de mi vida, lo veo en el continuar como sacerdote Misionero del Espíritu Santo, también compartir con todo el que pueda lo que Él ha hecho en mí, dar testimonio de esto, dar consuelo porque he sido consolado y hoy por hoy me sigo sintiendo invitado a seguir siendo compañero de camino de manera especial con los jóvenes. Todo esto reconocido como fruto de la fraternidad con mis hermanos de comunidad y con todos ustedes, y en mí sigue el deseo de seguir acompañándonos como hermanos que somos y de esta manera, siga naciendo la esperanza en nuestros corazones desde la vocación a la que hemos sido llamados cada uno por el Padre.

 

Su hermano,

José Ignacio Herrera Segura, MSpS. (Nacho)

domingo, 20 de marzo de 2011

II Domingo de Cuaresma: La danza de lo paradójico

 

Para este domingo el relato de la Transfiguración es el ritmo que amenizará el baile de esta semana.  Para ver la reflexión completa pueden ir aquí.

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Dolores Aleixandre.

"¡Salgan de sus tinieblas! Dejen atrás la seguridad del valle y emprendan sin miedo la subida al monte, porque arriba les espera la luz!". Esta podría ser la propuesta del evangelio de la transfiguración.

"Renuncien a sus ideas equivocadas sobre Dios y a lo que creen que es pérdida o ganancia, ábranse a la novedad absoluta de Jesús y de su Evangelio, atrévanse a romper con su búsqueda codiciosa y obsesiva de ganar, poseer, conservar y, en lugar de ello, arriésguense en un camino inverso de pérdida, derroche y entrega, sin más garantía que Su palabra.

Estén dispuestos al vuelco radical que supone llegar a "pensar y sentir como Dios" y a conformar con los criterios del Evangelio su idea de lo que es luz y oscuridad, salvar la vida o perderla. Compórtense como los verdaderos discípulos, dispónganse a romper con sus viejos esquemas mentales, a cambiar de lenguaje y de significados, a cuestionar su propia lógica y sus ideas aprendidas en otras escuelas. Presten oído a la promesa de su único Maestro:

20071216- "Al que se venga conmigo, voy a llevarle a la "ganancia" por el extraño camino de la "pérdida": ese es el camino mío y no conozco otro. La única condición que pongo al que quiera seguirme, es que esté dispuesto a fiarse de mí y de mi propia manera de salvar su vida, que sea capaz de confiármela, como yo la confío a Aquél de quien la recibo. La suya será siempre una vida sin garantía y sin pruebas, en el asombro siempre renovado de la confianza: por eso no puedo dar más motivos que el de "por mi causa".

Permanezcan en lo alto del monte "firmes como si vieran al Invisible" (Hch 11,27), hasta que la prioridad del Señor y su Reino polarice y relativice todo lo demás, hasta que sus pequeñas preocupaciones y temores vayan pasando a segundo término y la lógica de lo evidente se quede atrás. La luz de la transfiguración les atrae a una manera de creer en la que la fe no es una manera de saber o de comprender, sino la decisión de fiarse de Otro, y de exponer la vida entera a una Palabra que hará saltar los límites de sus oscuros hábitos y valoraciones.

Entren en esa danza y su vida entera se convertirá en una apuesta arriesgada, más allá de cualquier pretensión de poseer certezas definitivas.

En la plaza
Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.

No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón
de los hombres palpita extendido.

Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,
con silenciosa humildad, allí él también transcurría.

Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.
Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras algo preguntar a tu imagen,
no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.

Entra despacio, como el bañista que, temeroso,
con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus pies en la espuma,
y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos
Y se entrega completo.
Y allí fuerte se reconoce, y crece y se lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.

Así, entra con pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza.
Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo.
¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir
para ser él también el unánime corazón que le alcanza!

(Vicente Aleixandre)[1]


[1] Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo. Sevilla, 26 de abril de 1898 – Madrid, 13 de diciembre de 1984. Poeta español de la llamada generación del 27.

lunes, 14 de marzo de 2011

I Domingo de Cuaresma: La danza de lo ex-céntrico

Siguiendo con la reflexión de Dolores Aleixandre les presentamos un extracto del texto para este primer domingo de cuaresma. Pueden encontrar la versión completa en: “La Danza de lo ex-céntrico”.

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El desierto de las tentaciones (Mt 4,1-11)

20050724Giro y vuelta, parece proponernos el evangelio de este domingo: den un brinco fuera del espacio estrecho y asfixiante de lo que les atrae como el remolino de un sumidero, y sólo les permite girar en círculo, repitiendo siempre las mismas ideas, las mismas preocupaciones, las mismas imágenes sobre ustedes y sobre Dios.

Escapen de ese falso centro que les promete la posesión de las cosas, ríanse de su propensión a trepar a los "aleros del templo" para atraer desde allí admiración o buena opinión de la gente, porque casi nadie levanta la mirada hacia arriba y prefiere mirar los escaparates o la TV.

No se empeñen en plantar la banderita de su nombre en la cima de algún monte, ni se fatiguen aparentando parecer lo que no son. Dejen que Jesús, el "archegós", el iniciador de vuestra fe, les conduzca hacia el Dios a quien él conoció en el desierto: un Dios que no exige de ustedes proezas ni gestos espectaculares, sino solamente su confianza y su agradecimiento. Un Dios que les dirige su Palabra no para imponerles obligaciones o para denunciar sus pecados, sino para alimentarles y hacerles crecer. Un Dios al que no encontrarán en los lugares de prepotencia o de la posesión, sino en los de la pobreza y la exclusión.

Déjense bautizar por el nombre nuevo que Él ha soñado para ustedes desde toda la eternidad. Acojan con asombro agradecido que les diga: Tú eres mi hijo, te he llamado por tu nombre, tú eres mío. Tu vida no está programada desde el mercado, ni eres una fotocopia del consumidor ejemplar, ni un espectador, ni un súbdito del rey Dólar. Eres alguien bendecido, eres mi hijo amado. No eres clónico de nadie, eres único y el Pastor te reconoce por tu nombre.

Y aprendan también del Maestro a ponerse en camino en dirección a los otros. Lo mismo que él, acorten distancias, tengan manos, inviertan en relaciones, hagan amigos, libérense de cosas y engánchense a personas, discurran cómo incluir, incorporar y tejer redes y disfruten al sentarse con otros en el banquete de la vida.

jueves, 10 de marzo de 2011

Cambiaste mi luto en danza (Sal 29 (30), 12)

Esa “escuela de danzantes” que llamamos Cuaresma

Dolores Aleixandre, rcsj

Biblioteca de l'École Biblique de los dominicos en Jerusalén: dos de mediodía, allá por abril del año 87. La sala desierta y yo sentada delante de una mesa llena de libros y diccionarios, con toda una tarde de estudio por delante y conectada, como único consuelo, a una emisora de música clásica a través de un pequeño transistor. Desde mi vocación frustrada de directora de orquesta y aprovechando la soledad, me puse a dirigir con la derecha la Sinfonía 40 de Mozart, mientras sostenía un libro con la otra mano. Al cabo de un rato, levanto los ojos y veo a un cura pakistaní, vecino habitual de mesa, parado en el umbral de la puerta mirando hacia mí con asombro. Como de lejos mis pequeños auriculares eran invisibles y sólo percibía el frenesí descontrolado de mi mano, debía pensar: "Esta pobre mujer, tantas horas aquí sentada, ha debido trastornarse un poco...". Hice como que me rascaba la cabeza para disimular, suspendiendo en el acto el concierto. De entrada, me reí por dentro por lo ridículo de la situación, pero luego empecé a verla como una preciosa parábola: ¿y si la fe fuera la música interior a la que damos oído, que nos hace movernos con un determinado ritmo y a realizar unos gestos incomprensibles para quienes no la escuchan?. Y cuando decae nuestra danza ¿no será porque nos hemos desconectado de la frecuencia del Evangelio?

Recuerdo la anécdota al comenzar esta Cuaresma porque me sigue pareciendo que a este tiempo litúrgico le quedan resabios de las costumbres preconciliares y están presentes más componentes de "luto" que de danza. Es verdad que ya no nos dicen aquello de "Acuérdate de que eres polvo y en polvo te convertirás...", ni vestimos los santos de morado, ni necesitamos tomar la bula (en el colegio nos advertían que no se podía decir "comprar" porque entonces era simonía, pecado con nombre propio que me resultaba a la vez amenazador e interesante). Quizá cantamos otras cosas en vez del "Perdón oh Dios mío, perdón y clemencia, perdón e indulgencia, perdón y piedad", pero aún escucho en alguna parroquia el espantoso "No estés eternamente enojado" que sigue grabando en las conciencias la imagen de un dios enfurecido e iracundo, que se aplaca inexplicablemente cuando nos ve haciendo el Via Crucis o comiendo los viernes pescadilla en vez de pollo.

Pero eso no son más que anécdotas intrascendentes, porque creo que hay algo que nos paraliza más como es una excesiva y monotemática insistencia en los aspectos éticos del cristianismo, que hacen de él una cuestión fría y sin alegría. Comentando las consecuencias de fomentar casi únicamente los "imperativos" en vez de los "indicativos", dice Klaus Berger: "Es probable, que esta "espiritualidad", quizá no precisamente dichosa, requiera la ayuda que puede llegarle del modelo del amor y la alegría. Pues probablemente por eso hablan tanto los místicos del siglo XII de amor, de amistad, de abrazar y besar, de alegría contagiosa y de la ternura del corazón: porque la seriedad de la vida austera siempre corre el peligro de malograr el alegre mensaje del Evangelio. (...) Posiblemente son dos las expresiones fundamentales de la espiritualidad cristiana. Una está orientada al Viernes Santo, por mencionar un lugar común, y pone en el centro el pecado, la culpa, el juicio vicario sobre Jesús y la sentencia absolutoria. La otra está orientada hacia la Pascua y pone en el centro la alegría, la bienaventuranza, la transformación y la risa que tiene por objeto la muerte y el diablo. Y no se trata de contraponerlas entre sí, sino de reconocerlas como formas complementarias de piedad."[1]

Vivir la Cuaresma desde la insistencia en nuestra necesidad de conversión como única "banda sonora", puede tener el efecto contrario de lo que pretende y convertirnos (mira por donde...) en gente frustrada por no alcanzar tan altas metas de perfección o, siguiendo la metáfora de la danza, agarrotados tímidamente en un rincón de la sala de baile, torpes de pies y duros de oído para captar la música que intenta seducirnos con su ritmo, incapaces de aventurarnos en un movimiento que no sabemos dónde puede conducirnos.

"¿A quién se parecen los hombres de esta generación? ¿A quién los compararemos? Se parecen a unos niños que, sentados en la plaza, gritan a otros: "Tocamos la flauta y no bailáis, cantamos lamentaciones y no lloráis". (Lc 7,31-32).

Así se quejaba Jesús, tratando de sacudir, por medio de un refrán popular, la incapacidad de los que le oían para salir de su anquilosamiento y comenzar a moverse en otra dirección diferente de la que esclerotizaba su mente.

Aquí está de nuevo la Cuaresma, dándonos la buena noticia de que tenemos otra oportunidad para danzar, como la tuvo para dar fruto aquella higuera estéril de la parábola de Jesús (Mt 21,18-19). Otra vez resuena en nuestros oídos la invitación de la carta a los Hebreos:

"Así pues, nosotros, rodeados de una nube tan densa de testigos, desprendámonos de cualquier carga y del pecado que nos acorrala; corramos con constancia la carrera que nos espera, fijos los ojos en el iniciador y consumador de la fe, en Jesús." (Hb 12,1-2)

El término griego archegós evoca al que va delante, al cabeza de fila, al que inicia la danza, podríamos traducir nosotros, sin equivocarnos demasiado.

Estas páginas van a tener como telón de fondo cinco lugares a los que nos convocan los evangelios domingos de Cuaresma: el desierto de Judea, la montaña de la transfiguración, el pozo de Siquem, la alberca de Siloé y la tumba de Lázaro.

Son lecturas que nos sabemos de memoria (¿otra vez la samaritana? ¿otra vez el ciego de nacimiento? ¡Son larguísimas...!). De ahí la propuesta de aproximarnos a ellas solamente desde alguno de sus ángulos, sin la pretensión inútil de abarcarlas o agotarlas. Entraremos en cada escena por alguno de sus resquicios, tratando de escuchar la música que las habita, sin escapar de las notas desestabilizadoras que resuenan en ellas, aunque nos creen incomodidad y desconcierto. Asociamos espontáneamente la presencia de Jesús al perdón, la paz, la reconciliación o la misericordia y es cierto que en él encontramos centramiento, armonía y luz. Pero los textos que vamos a leer nos descubren que también lo excéntrico, lo paradójico, lo imprevisible, lo inconveniente o lo intempestivo pueden llevar "marcas" de su presencia y pueden movilizar lo mejor de nosotros mismos, con tal que nos dejemos llevar por su ritmo.

En algunos de esos "escenarios de danza" oiremos además otras voces que desde la poesía, la teología o la espiritualidad "eleven los decibelios" de la melodía evangélica y hagan irresistible en nosotros el deseo de danzar.

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Aquí va, como pórtico, uno de esos textos:

BAILE DE LA OBEDIENCIA

Si estuviéramos contentos de ti, Señor,
no podríamos resistir a esa necesidad de danzar que desborda el mundo
y llegaríamos a adivinar
qué danza es la que te gusta hacernos danzar,
siguiendo los pasos de tu Providencia.

Porque pienso que debes estar cansado
de gente que hable siempre de servirte
con aire de capitanes;
de conocerte con ínfulas de profesor;
de alcanzarte a través de reglas de deporte;
de amarte como se ama un viejo matrimonio.

Y un día que deseabas otra cosa
inventaste a San Francisco
e hiciste de él tu juglar.
Y a nosotros nos corresponde dejarnos inventar
para ser gente alegre que dance su vida contigo.

Para ser buen bailarín contigo
no es preciso saber adónde lleva el baile.
Hay que seguir,
ser alegre,
ser ligero y, sobre todo, no mostrarse rígido.
No pedir explicaciones de los pasos que te gusta dar.
Hay que ser como una prolongación ágil y viva de ti mismo
y recibir de ti la transmisión del ritmo de la orquesta.
No hay por qué querer avanzar a toda costa
sino aceptar el dar la vuelta,
ir de lado,
saber detenerse y deslizarse en vez de caminar.
Y esto no sería más que una serie de pasos estúpidos
si la música no formara una armonía.

Pero olvidamos la música de tu Espíritu
y hacemos de nuestra vida un ejercicio de gimnasia;
olvidamos que en tus brazos se danza,
que tu santa voluntad es de una inconcebible fantasía,
y que no hay monotonía ni aburrimiento
más que para las viejas almas
que hacen de inmóvil fondo
en el alegre baile de tu amor.

Señor, muéstranos el puesto
que, en este romance eterno iniciado entre tú y nosotros,
debe tener el baile singular de nuestra obediencia.
Revélanos la gran orquesta de tus designios,
donde lo que permites toca notas extrañas
en la serenidad de lo que quieres.

Enséñanos a vestirnos cada día con nuestra condición humana
como un vestido de baile, que nos hará amar de ti
todo detalle como indispensable joya.
Haznos vivir nuestra vida,
no como un juego de ajedrez en el que todo se calcula,
no como un partido en el que todo es difícil,
no como un teorema que nos rompe la cabeza,
sino como una fiesta sin fin donde se renueva el encuentro contigo,
como un baile,
como una danza entre los brazos de tu gracia,
con la música universal del amor.

Señor, ven a invitarnos.

(Madeleine Delbrel)[2]


[1] ¿Qué es espiritualidad bíblica? Fuentes de la mística cristiana. Sal Terrae, Santander 2001, 202.204

[2] Madeleine Delbrêl, mística cristiana francesa, asistente social, ensayista y poetisa; nació el 24 de octubre de 1904 en Mussidan en Dordogne y murió el 13 de octubre de 1964.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Fecundidad y obediencia en el servicio

Silvia Umaña Álvarez

20090329“Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre” (Jn 12,24-26).

Con mucha ilusión y alegría nos recibe nuestro Padre amoroso cuando decidimos entregarle nuestra vida, generalmente cuando iniciamos algún camino espiritual particular. En mi experiencia personal, e imagino que así será en el caminar de muchos otros, me encontré con la generosidad de Dios que no titubeó en regalos para un alma que recién se abría a Su Gracia.

Nuestra madre espiritual, VSD Concepción Cabrera de Armida llama a este inicio de la vida cristiana la primavera. Con esta referencia inmediatamente podemos transportarnos a la exuberancia y riqueza que la naturaleza muestra cuando estalla la primavera. En estos momentos siente el alma la Presencia de Dios y se descubren con gratitud los dones.

Como miembros de Alianza de Amor se nos llama a poner estos dones al servicio de nuestra Obra pero en cualquier momento de nuestra vida debemos tener en consideración algunos peligros que por nuestra naturaleza humana, podrían interferir en cómo realizamos nuestro aporte.

Recordemos que es un eje de nuestro compromiso como discípulos que vivimos en Alianza de Amor tanto desarrollar una acción apostólica como colaborar en lo que se necesite dentro de nuestras comunidades y nuestros centros. Los servicios a la Obra están contemplados como acción apostólica.

Para la realización de estos servicios con pureza de intención se requiere de un profundo conocimiento de Dios y de sí mismo. El conocimiento de Dios lo recibimos en la oración, se aprende más orando al pie de Jesús Crucificado o frente al Sagrario, que en los libros más sabios, pues en la oración contemplativa el Espíritu nos ilumina para comprender y hacer vida aquello que muchas veces escuchamos o leemos y no comprendemos plenamente.

En el ámbito del conocimiento de sí mismo el discernimiento es el elemento central. Y éste puede ser iluminado por lo que Conchita nos advierte como los peligros de la primavera y que San Juan de la Cruz llamó la gula espiritual.

La primera tentación es la del fariseísmo, esto es considerar que no son tan graves los pecados propios si se miran en comparación con los de otras personas. Esto nos lleva al peligro de confundir el anhelo de santidad con nuestra realidad, sentirse ya obra finalizada, que no queda más por aprender o por crecer. Creyendo haberlo recibido ya todo (en dones y gracias) no se esfuerza la persona por ser constante y perseverar.

La relación con los demás se ve también afectada en tanto que se juzga a los demás, se ven solamente sus defectos y se habla mal de las otras personas. Esto surge de la soberbia espiritual ya que la persona se siente superior a las otras.

El servicio dado de esta manera no es auténtico porque lo que se está buscando es a sí mismo y sus fines, al contrario de la pureza de intención que todo lo hace para la gloria de Dios y para cumplir su Voluntad. Al ser entonces una expresión de amor propio se cree que son los demás los que necesitan de su don, y por ello caen en el desorden y en la desobediencia.

La necesidad de servir a toda costa (por el amor propio y no por un sincero espíritu de servicio) induce a cambiar, quitar, añadir a su antojo aquellas tareas que les son encomendadas. Porque quieren hacer lo que les place, consolar su espíritu, satisfacer su necesidad. Corren de un lado a otro acumulando todas las oraciones, libros y participación en todas las actividades posibles. Todo lo que se realiza de esta manera, desorganizadamente, generalmente es estéril.

A simple vista no parece haber ningún problema, pero se debe DISCERNIR y ACOMPAÑAR para canalizar el desbordamiento de Amor para que sea FECUNDO. Para así no sucumbir ante las tentaciones y los peligros. Todos hemos de pasar por la primavera pero nunca quedarnos allí porque eso implicaría caer en una religiosidad vacía.

El servicio auténtico y sincero es aquel que se asienta sobre la HUMILDAD, ponerse por debajo del otro. Esto se logra de distintas maneras en cada uno de nosotros, y el encargado principal de esta obra es Dios, que se ocupará oportunamente de ofrecernos las circunstancias en las que tengamos oportunidad para crecer. Todas las virtudes se adquieren mejor en la adversidad.

Hablando sobre la fecundidad de San Pablo el entonces Cardenal Joseph Ratzinger recalca que “el éxito de su misión no fue fruto de la retórica o de la prudencia pastoral; su fecundidad dependió de su sufrimiento, de su unión a la pasión de Cristo[1].

Jesús nos invita a renunciar y morir a la propia voluntad, ofreciendo amorosamente el abandono. En palabras del evangelista San Marcos: “Quien pierda su vida por mi y por el Evangelio, la salvará” (Mc 8, 35).


[1] Conferencia del Cardenal Joseph Ratzinger (hoy Su Santidad Benedicto XVI) sobre la Nueva Evangelización.

martes, 22 de febrero de 2011

En contacto


PRÓXIMAS ACTIVIDADES:

05 de Marzo - Retiro Mensual 9 a.m. (Centro de Espiritualidad de la Cruz en San Rafael de Heredia)

02 de Abril - IX Asamblea Local del Centro Reina de los Ángeles

OREMOS POR:
- El Apostolado Corporativo
- Vocaciones sacerdotales, religiosas y laicos comprometidos
- La vocación de José Pablo y Sebastián
- Los aspirantes al Diaconado Permanente, sus esposas y familias
- La salud de todos los enfermos que se han encomendado a nuestras oraciones

PARA PEDIR ORACIÓN:
Envíanos un mail a alianzadeamorcr@gmail.com

lunes, 21 de febrero de 2011

El camino a lo largo de las calles

Ronald Marín Rojas

Hay una forma de contemplación que se puede vivir en ambientes particulares y desde cada realidad temporal, como bautizados(as) que hacemos nuestra una espiritualidad específica, y no solamente dentro de los muros o celdas de un monasterio de vida consagrada contemplativa o ascética en los desiertos o rincones apartados.

En Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús (tercera obra de la Espiritualidad de la Cruz) buscamos ser contemplativos en medio de este mundo y siglo*, especialmente en aquellos espacios donde el aire se respira, donde la luz del sol alumbra o la claridad de la luna y las estrellas se perfilan o donde las situaciones de la existencia favorecen el diálogo interior con el CREADOR DE LA VIDA. Ahí los barrotes y el torno no cierran la puerta del corazón, el cual prolonga su latir dentro del mundo con una capacidad filtrante de luz, verdad y vitalidad.

chica_meditando_cruzEl miembro de Alianza de Amor no se distrae, tiene una mirada más aguda y una inteligencia más despierta y lúcida, en su corazón encuentra remedio y resonancia a los problemas y realidades de las creaturas, se hace cargo y las repasa en silencio amoroso, donde es admitido para comprender el valor salvífico redentor de Jesús Sacerdote y Víctima, expresado a través del grito de amor de Conchita Cabrera, nuestra madre espiritual: “Jesús Salvador de los hombres, sálvalos, sálvalos”.

Viviendo esa entrega voluntaria, el bautizado(a) adora, suplica, penetra, repara, entrega, ofrece y se hace alabanza.

Asimismo cuando va a recogerse en su clausura interna y mientras vive, lucha, camina y duerme, el miembro de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, mira a lo lejos y abraza con el signo de la Cruz a todos: a Dios inmenso e infinito, por la acción de Dios Espíritu, en la entrega amorosa y libre de Dios Hijo, con el amparo de mamá María, solicitando la santificación del mundo, la Iglesia y muy especialmente de los sacerdotes.

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*Nota de edición (23 de febrero): Hemos recibido muy atinados comentarios con respecto a este artículo. Les recordamos que tenemos la opción de comentar cada artículo, y sería una riqueza inmensa contar con esa retroalimentación aquí mismo y entablar diálogos entre nosotros.

Con respecto a este artículo queremos aclarar y recordar que la Misión que nos compete específicamente como miembros de Alianza de Amor es la "transformación y santificación de las realidades temporales", esto lo hacemos desde dos áreas: el testimonio de vida y las acciones apostólicas. Esto significa que tenemos que ACTUAR y evangelizar nuestra vida personal, familiar, laboral, social, cultural y política según nuestros Estatutos.

Todo esto es fruto, si bien es cierto, de una vida interior como lo apunta Ronald. Para que así nuestras acciones sean siempre para "Sus más altos fines", para Gloria de Dios y no de los hombres y mujeres.