Hoy viernes 1º de julio celebramos la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús.
La siguiente “hojita” – que la V.S.D. Concepción Cabrera de Armida preparaba para los retiros mensuales de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús en sus inicios como Obra – trata del mismo Corazón de Jesús.
~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~
Concepción Cabrera de Armida
Hojitas de Retiros Mensuales
Alianza de Amor
1910 – 1937
p.529
JUNIO DE 1937
SAGRADO CORAZÓN
En el mes consagrado especialmente al corazón divino de Jesús, deben las almas de la Alianza emplear los medios que están a su alcance para estrechar la unión de su voluntad con la de Dios, para realizar su ALIANZA DE AMOR.
En el servicio de Dios se impone, no solo la fidelidad y la constancia, sino también, y por lo que toca al momento presente, sobre todo, la GENEROSIDAD, virtud que les inclinará a dar a Dios cuanto les pida y cuanto les dicte su corazón.
El movimiento, la actividad interior, indica la vida de un ser: la actividad suprema se halla en Dios, que es la misma Vida.
Jesucristo se llamó a Sí mismo vida, y la Iglesia participa de esa misma vida de una manera inefable.
De esa sobreabundancia de vida de la Iglesia nacen, pujantes y fecundas a su vez, las órdenes y congregaciones religiosas. De éstas, en algunas ocasiones, como retoños de olivo, se forman diversas asociaciones piadosas y en una y en otra, millares de almas llenas de vida sobrenatural se santifican y glorifican a Dios.
¿Pero esta vida cómo se manifiesta? DANDO A DIOS CUANTO NOS PIDA. Tal es el primer elemento de la generosidad. No es mucho lo que nos pide Dios: Deberes de estado, obligaciones contraídas e inspiraciones recibidas. A esto se reduce lo que Dios quiere de nosotros.
¡Cuántas ilusiones nos hacemos acerca de la perfección poniéndola en lo que no está!... más que en oraciones y rezos, nuestra santificación consiste en el cumplimiento del deber por amor a Dios.
Este amor sufre variaciones, tiene distintos grados en las almas y en esto es en lo que se puede juzgar el fervor; quien más ama, mejor y más exactamente cumple su deber. El que ama menos, cumple su deber fría o tibiamente y no persevera en Él.
Pero hay aun otro elemento en la generosidad: DAR A DIOS CUANTO PIDE NUESTRO CORAZÓN. Este elemento perfecciona y completa al primero: Dios manda, exige algunas cosas; otras las hemos tomado como obligaciones pero aun hay otras que se quedan a nuestra elección y amor… Dios nos hace ver que esto o aquello le agrada… y luego calla… espera… entonces entra la generosidad en juego: Le agrada a Dios, lo hago; glorifica a Dios, lo ofrezco.
Y en este camino basta comenzar para que nuevos horizontes se abran y aparezca en toda su belleza lo que es el sacrificio, el amor que da la GENEROSIDAD.
Y más que estas cosas aún, aparece Jesús consolado, amado, satisfecho en medio de esas almas que no solo cumplen sus deberes estrictos sino que dan rienda suelta a su corazón tratándose de amor a Él.
Almas generosas, llenas de vida, eso deben ser las de la Alianza; así las quiere Nuestro Señor, así las necesita la Iglesia.
Este es el espíritu que distinguirá a los socios de la Alianza de Amor: generosidad en el servicio de Dios, almas de temple que por amar a Jesús estén dispuestos a sacrificarse no solo en lo estrictamente necesario, sino en cuanto lo puedan hacer. Almas que siempre den algo nuevo a Jesús, si no en cantidad, sí en calidad… El deber de todos los días hecho por Él, por su santo amor y sacrificios y pequeñeces, si se quiere, pero impregnada de mucho amor… el amor es siempre antiguo y siempre nuevo.
Descanse, pues, Jesús, en las almas amantes y generosas, en las almas que comprenden algo del infinito amor de Dios y quieren corresponder como mejor puedan a esas delicadezas de la misericordia divina.