viernes, 15 de octubre de 2010

EL AMOR POR EL DESIERTO

Por Ronald Marín Rojas

 

EL Desierto no es ni CLAUSURA, NI EGOÍSMO. El desierto es aquel silencio necesario y que debemos vivir todas las almas de la Cruz, especialmente en la tercera obra de la misma “ALIANZA DE AMOR CON EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS”. En él escuchamos la VOZ de DIOS, distinguiéndola de otras voces que a menudo nos distraen y alejan. La voz de Dios no tolera prórrogas, ni luegos, ni otros compromisos.

El desierto del miembro de la Alianza de Amor, particularmente, es un clima decamino y pasos autoconocimiento, autoconciencia y autodeterminación, casi un hábito o forma de ser. Se rodea de un mutismo amoroso, parar poder tener los ojos fijos como la María de Betania, con los ojos fijos en su Señor.

En el desierto descubre la realización de su paternidad - maternidad, porque testimonia la salida del sol radiante y la caída de la tarde con sus primeros astros como en aquella milenaria formación del Dios Desconocido y que había prometido a Abrahán y toda su descendencia.

Así, el desierto se puebla de todas las ansias y problemas de nuestras realidades temporales. En Alianza de Amor el hombre y la mujer que son parte de la Obra, las asumen poniéndoselas cada una sobre sus espaldas, imitando al Buen Pastor, que toma en brazos las ovejas cansadas y las acaricia con tenacidad y dulzura mientras las lleva de nuevo al verdadero redil imagen paradójica del misterio de la CRUZ.

Como miembros de la Familia de la Cruz y en la rama hermana Alianza de Amor, NO PODEMOS permitirnos distracciones, debemos estar atentos a la voz, al gemido de la creación entera para llevarla a Dios, ya que la misma espera ansiosamente consuelo y liberación. Sentimos que debemos caminar y aunque caigamos, tomar fuerza y seguir, sin tregua, detrás de Aquel que continúa corriendo en la historia, más veloz que el viento y más resplandeciente y vigoroso que el mismo Sol, hasta que todos en él tengamos vida abundante. Para esto se nos llama, para que seamos su consuelo y así toda La humanidad ,en Él tenga Vida Abundante, para eso nosotros miembros de Alianza con o sin compromiso dentro de la Obra, hemos decidido subir a bordo y así Ofrecerlo y Ofrecernos con ÉL.

En el desierto, incesantemente se dirige la presencia e invocación del Espíritu Santo, fuente primaria de nuestra espiritualidad, para que así el nos transforme y por ende nosotros transformar a la humanidad entera en víctimas agradables al Padre, siendo Hostias Vivas con Jesús.

Y así esta fuerza creadora venga sobre nosotros, como lo hizo en la ANAWIN por excelencia MARíA, a fin de que en todos: el Mundo, la Iglesia y especialmente los sacerdotes, sea gestado y formado Jesucristo.

DEDICO ESTA BREVE REFLEXION A MI COMUNIDAD “CRUZ DE JESÚS” A DÍAS DE NUESTRO PRIMER COMPROMISO: 06 DE NOVIEMBRE DE 2010.

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