jueves, 17 de septiembre de 2009

Soy joven y vivo la Espiritualidad de la Cruz

Carlos Díaz

Aunque parezca que ya no hay jóvenes enamorados de Jesucristo, la realidad es muy diferente, pues todavía hay muchos jóvenes que han decidido jugársela por la causa de Cristo Sacerdote y Víctima. Me animé a escribirles mi testimonio, sobre todo, para que no tengan miedo de dar a conocer la Espiritualidad de la Cruz, con creatividad y entusiasmo, a las nuevas generaciones, es decir, a quienes serán determinantes para el futuro del mundo y, desde luego, de la Iglesia.

Conocí la Espiritualidad de la Cruz, hace aproximadamente 8 años, mientras estudiaba en el Instituto Rougier del Puerto de Veracruz (México); colegio dirigido por las Hijas del Espíritu Santo. Quien me “ancló” a la Cruz del Apostolado, fue la historia de nuestro querido P. Félix de Jesús Rougier, pues su vida me hizo despertar y, por lo mismo, darme cuenta de muchas cosas, entre ellas, que no tenemos a un Dios cruel que nos hace sufrir, sino más bien a un amigo que ha dado la vida por nosotros.

Ser joven y, al mismo tiempo, vivir la Espiritualidad de la Cruz, es toda una cruzap2aventura,  especialmente, porque no es un camino fácil, sin embargo, seguir a Cristo Sacerdote, es apasionante y, a decir verdad, no me arrepiento de vivir esta espiritualidad sacerdotal. Creo en la diversión, en la amistad, así como en la necesidad de aprovechar los grandes momentos de nuestra vida, sin embargo, creo también en la importancia de vivir las cosas, desde Cristo y para Cristo.

Soy un joven de 19 años, voy a la universidad, me divierto con mis amigos y amigas, en otras palabras, no he hecho nada extraordinario, simplemente, me he dejado “vencer” por la Espiritualidad de la Cruz. Ser un joven católico, no me ha hecho una persona aburrida, ser un joven católico, no me ha hecho perder la ilusión, ser un joven católico, no me ha hecho dejar de vivir intensamente, al contrario, seguir a Cristo Sacerdote y Víctima, me ha ayudado en todo sentido.

Como parte de mi apostolado, he escrito diversos artículos y reflexiones sobre la Espiritualidad de la Cruz, los cuales, se han colocado en algunas páginas de Internet. Nada extraordinario, sin embargo, esto es parte de mi vida, es decir, de mi recorrido por la Familia de la Cruz. Desde luego, gran parte de mi crecimiento, se le debe al Movimiento Espíritu y Vida, el cual, está asesorado por las Hijas del Espíritu Santo.

Les envío un abrazo. ¡Mucho ánimo!, entre todos, podemos hacer que la Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, siga creciendo en el ámbito familiar, juvenil y laical.

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