lunes, 14 de marzo de 2011

I Domingo de Cuaresma: La danza de lo ex-céntrico

Siguiendo con la reflexión de Dolores Aleixandre les presentamos un extracto del texto para este primer domingo de cuaresma. Pueden encontrar la versión completa en: “La Danza de lo ex-céntrico”.

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El desierto de las tentaciones (Mt 4,1-11)

20050724Giro y vuelta, parece proponernos el evangelio de este domingo: den un brinco fuera del espacio estrecho y asfixiante de lo que les atrae como el remolino de un sumidero, y sólo les permite girar en círculo, repitiendo siempre las mismas ideas, las mismas preocupaciones, las mismas imágenes sobre ustedes y sobre Dios.

Escapen de ese falso centro que les promete la posesión de las cosas, ríanse de su propensión a trepar a los "aleros del templo" para atraer desde allí admiración o buena opinión de la gente, porque casi nadie levanta la mirada hacia arriba y prefiere mirar los escaparates o la TV.

No se empeñen en plantar la banderita de su nombre en la cima de algún monte, ni se fatiguen aparentando parecer lo que no son. Dejen que Jesús, el "archegós", el iniciador de vuestra fe, les conduzca hacia el Dios a quien él conoció en el desierto: un Dios que no exige de ustedes proezas ni gestos espectaculares, sino solamente su confianza y su agradecimiento. Un Dios que les dirige su Palabra no para imponerles obligaciones o para denunciar sus pecados, sino para alimentarles y hacerles crecer. Un Dios al que no encontrarán en los lugares de prepotencia o de la posesión, sino en los de la pobreza y la exclusión.

Déjense bautizar por el nombre nuevo que Él ha soñado para ustedes desde toda la eternidad. Acojan con asombro agradecido que les diga: Tú eres mi hijo, te he llamado por tu nombre, tú eres mío. Tu vida no está programada desde el mercado, ni eres una fotocopia del consumidor ejemplar, ni un espectador, ni un súbdito del rey Dólar. Eres alguien bendecido, eres mi hijo amado. No eres clónico de nadie, eres único y el Pastor te reconoce por tu nombre.

Y aprendan también del Maestro a ponerse en camino en dirección a los otros. Lo mismo que él, acorten distancias, tengan manos, inviertan en relaciones, hagan amigos, libérense de cosas y engánchense a personas, discurran cómo incluir, incorporar y tejer redes y disfruten al sentarse con otros en el banquete de la vida.

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