viernes, 10 de junio de 2011

La Misericordia

Continuamos con la preparación a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús el próximo 1º de julio de 2011.

Esta semana, la “hojita” – que la V.S.D. Concepción Cabrera de Armida preparaba para los retiros mensuales de Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús en sus inicios como Obra – trata de la virtud de la Misericordia.

Nótese el uso de ciertos términos muy propios de la forma de vivir la virtud del sacrificio en la época en que estas “hojitas” se redactan (1910 a 1937. Como cristianos del siglo XXI, ¿qué significado podemos proporcionarle a estas palabras?

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Concepción Cabrera de Armida
Hojitas de Retiros Mensuales
Alianza de Amor
1910 – 1937
p.31

Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia

 

Ese es el sello característico del Corazón de Jesús,  ¡la Misericordia!;  para Él no hay excepciones, lo mismo recibe al pobre que al rico, al esclavo que al señor, es todo para todos; afable, dulce, bondadoso y compasivo; jamás pudo ver una pena sin consolarla.   A todos anima y con los que padecen, llora; su Corazón se parte ante cualquier desgracia, y concluye diciendo y abriendo sus brazos a la humanidad doliente:   Venid a mí todos, que yo os aliviaré.

Jesús pasó por la tierra haciendo el bien, derramando a su entorno los tesoros de su inagotable caridad y viendo como propios los males ajenos.  He aquí nuestro modelo, miembros de Alianza, que tan íntimamente debemos estar unidos al Corazón Divino, relicario de todos los amores.   Grande misericordia debemos tener para con el prójimo, remediando sus necesidades, cuando menos con oraciones fervorosas.

El Señor ha dicho que estima la misericordia más que el sacrificio, y que nosotros debemos cifrar nuestra dicha, este mes sobre todo, en aliviar los dolores, en enjugar las lagrimas, en practicar las obras de misericordia corporales y espirituales.  De esta manera, tendremos derecho a los perdones con los que Dios se complace en premiar a los misericordiosos, con la abundancia de su caridad, sin limites.

Procuremos:

  1. Ser amables y bondadosos con nuestros hermanos (a), sin excluir a los enemigos.
  2. Tender nuestras manos, y más nuestros corazones, a todo género de miserias, aliviando al prójimo de cuantas maneras nos sea posible.
  3. Quitar de lo superfluo, y aún algo de lo necesario en mí; en bien de los pobres y más necesitados.
  4. Socorrer a las necesidades de la Iglesia.
  5. Visitar algunos enfermos, y confortar a las almas que sufren, llevándoles a Dios.

Venid a mi 2

JACULATORIA
¡Oh, Señor! Que sepa desprenderme
y toda(o) para todos siempre hacerme.

Con la medida que mides serás medida(o), dijo el Señor… y no tengamos una pesa chica para dar, y otra grande para recibir. Hagamos dignas(os) de escuchar aquellas dulcísimas y consoladoras palabras:  Venid benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me diste de comer…

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